Bilbao. Ayer se fallaron los Premios de la Crítica 2010. Uno de los galardones literarios con más renombre en el mundo de las letras a nivel estatal y que destaca por premiar obras en las cuatro lenguas oficiales del Estado. Entre los trabajos escritos en euskera fueron la primera novela de Fermin Etxegoien y el último poemario de Juan Ramón Madariaga los que se llevaron el gato al agua.
Esta es la segunda ocasión en la que Madariaga consigue el Premio de la Crítica en la sección de poesía. Fue en 1997 y con la obra Argia sor-tzen den izartegia (El firmamento del que proviene la luz) cuando se estrenó en estos premios, celebrados ayer, por primera vez, en la ciudad de Barcelona. "Madariaga siempre ha sido un gran poeta", explicaba ayer Javier Rojo, miembro del jurado de esta quincuagesimocuarta edición, "pero con este último libro ha dado un giro en su estilo y para mí se ha convertido aún en mejor poeta". Según Rojo, de la última novela del poeta bilbaino cabe destacar "el que haya dejado en un segundo plano la forma, sin olvidarse de ella, y le haya dado más importancia a las ideas". Madariaga, que en estos momentos se encuentra ascendiendo uno de los ochomiles -concretamente el Shisha Pangma, el más bajito de los catorce que hay en el mundo pero también uno de los más literarios, gracias a la novela de Unai Elorriaga SPrako tranbia- ha dado este giro en su estilo "seguramente condicionado por el paso de los años y la edad", según la opinión de Javier Rojo.
Un premiado novel Fermin Etxegoien no es nuevo en el mundo de las plumas y la tinta. Tampoco es primerizo a la hora de publicar una obra pero sí que ha sido la primera vez que se ha atrevido a hacer novela. "En la obra de Fermin se ha premiado la innovación estilística y su calidad", en palabras de Rojo. "En la letras de Euskal Herria se hace un uso quizás excesivo del sarcasmo y Etxegoien utiliza muy bien la ironía en esta novela, en lugar del sarcasmo, algo que es de agradecer".
La novela del escritor guipuzcoano cuenta las vivencias cotidianas de un hombre entrado en la cuarentena, con crisis familiares y hasta existenciales. "Es una novela muy autocrítica -opina el miembro del jurado- y con mucha vitalidad, en comparación con lo que se escribe en la actualidad". Otro punto a subrayar según Rojo es "la facilidad con la que describe la situación y el ambiente de Euskal Herria" y dejando de lado su faceta como crítico, como lector de novela aplaude "la facilidad con la que se lee y el buen rato que me ha hecho pasar", a pesar de las 300 páginas que suma.