EL título de la obra parece sacado del revés de una camiseta, del pequeño trocito de tela que indica una talla un tanto peculiar. XL Town. No apta para consumidores sin conciencia. El rótulo de este espectáculo producido por la compañía Pikor Teatro hace referencia a esas inmensas zonas francas donde se establecen las maquilas, fábricas subcontratadas por las grandes firmas de moda y donde miles de personas trabajan por un sueldo mísero. XL Town remite a esos lugares que parecen grandes ciudades y hacia donde se desplazan trabajadores todos los días, principalmente mujeres, para coser, abotonar, remachar y planchar durante interminables jornadas de trabajo. El contraste entre los salarios y las ingentes cantidades de beneficios que se embolsan cada año las marcas de ropa es el motor que ha impulsado este espectáculo que se representará en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao en dos funciones. El viernes a partir de las 20.00 horas en castellano y el domingo a las 19.00 horas en euskera.

setem

Ropa limpia para todos

"Seamos serios, hermanos. No somos los que aparentamos ni lo que esconden nuestras manos; seamos serios, vamos, somos lo que compramos", afirma uno de los personajes de XL Town. Esta frase resume el principal objetivo de la obra: despertar la conciencia del espectador sobre lo que esconden las grandes marcas de ropa y las condiciones en las que se elaboran las prendas de vestir. Un objetivo ligado a la Campaña Ropa Limpia liderada a nivel estatal por la ONG SETEM.

"Cuando nos enfrentamos a este tema nos dimos cuenta de que era muy grave, que había que abordarlo con seriedad. Pesaba tanto para nosotros que era un reto conseguir atender a los contenidos y al mismo tiempo hacer un espectáculo genuinamente artístico, teatral, que fuera ocurrente, directo y moderno", explica Miguel Olmeda, productor de la obra.

La compañía ha implicado a muchísima gente durante el proceso de creación. "Vimos que era importante buscar un autor distinto del que normalmente trabaja con la compañía. Hacía falta un autor que tuviera una cierta distancia y que fuera euskaldun, porque la obra se representa en los dos idiomas", dice Olmeda.

Aunque la idea inicial era que hubiese un director para cada una de las cuatro escenas que componen la obra, al final se dieron cuenta de que resultaba un tanto complicado y optaron por una codirección. "Javier Parra y Elena Bezanilla han constituido el equilibrio perfecto", comenta el productor.

Cada una de las cuatro pequeñas historias que se narran sobre el escenario abordan el tema desde una perspectiva diferente. "La primera se centra en las maquilas, en los controles de fronteras, en las actitudes de las autoridades de los países en desarrollo", cuenta Olmeda. Un deportista de élite se encuentra un mensaje escondido en una zapatilla. Y la anécdota les sirve a los actores para acercarse a muchos otros personajes.

"La segunda escena es muy cruda, porque nos permite asistir a una reunión en una de las principales oficinas de una de estas grandes corporaciones del textil y de la moda. La reunión servirá para determinar qué pruebas y aptitudes deberá tener el nuevo responsable de una maquila en el Tercer Mundo".

La tercera y la cuarta resultan más familiares. "Nos introducimos a través de la música en un desfile variopinto y contrastado, el de toda esa fauna de consumidores compulsivos que somos la mayoría de ciudadanos occidentales. Queremos recordar a través del humor algunas campañas publicitarias que las empresas organizan para captar a los consumidores".

contra la discriminación

"Queremos mejorar su vida"

El guión de Jokin Oregi pretende "despertar la conciencia del ciudadano de a pie", asegura Josu Bergara, director de Igualdad y Derechos Ciudadanos de la Diputación de Bizkaia. Para Iratxe Arteagoitia, de SETEM, lo fundamental es ofrecer esa información que se oculta al consumidor. "Consideramos que el actual modelo neoliberal hace que las multinacionales de la industria textil produzcan una deslocalización que lleva sus consecuencias en las condiciones laborales que trabajan en la cadena de confección. Bajos salarios, trabajo infantil, discriminación de la mujer, contaminación medioambiental... El objetivo es mejorar las condiciones de vida de estas personas".

"Lo más importante es que llegue al ciudadano de a pie. Este tema puede sonar muy grandilocuente pero tiene mucho que ver con nosotros, con esos consumidores que involuntariamente le hacemos el juego a estas corporaciones faltas de ética en la contratación y en el trato a los trabajadores", dice Olmeda. "Lo queremos hacer con el humor, porque no hay manera más contundente de hablar de algo serio que con mucha risa".

La Campaña Ropa Limpia funciona de manera organizada en el Estado desde hace más de 13 años y en la actualidad tiene presencia en 14 países europeos. "XL Town refleja los abusos que se dan en las fábricas, pero también hace una feroz crítica a la sociedad de consumo de los países desarrollados que permite que estas marcas sigan funcionando con total impunidad", afirma Arteagoitia. "Las personas pierden su criterio y capacidad de elección ante las compras porque funciona la compulsividad, el sin sentido, el querer tener más frente a la necesidad real".