Las puertas del BEC fueron ayer testigo de la locura que invade a los fans de los Jonas Brothers. La impaciencia reinaba en un ambiente cargado de gritos y ansia por ver a los tres hermanos de Nueva Jersey y escuchar sus canciones aunque, la mayoría de ellos, con las hormonas alteradas por la presencia de los cantantes, aguardaron en la entrada durante horas, e incluso días.

Poco después de las ocho de la mañana se abrían las puertas exteriores del recinto, donde cincuenta apasionados seguidores inauguraron la cola que, horas más tarde, alcanzaría una longitud abrumadora. Según avanzaba el tiempo, la lista de espera, integrada en su mayoría por exaltadas féminas adolescentes, iba agrandándose cada vez más. Pero también había algún chico, como Hodei Martín, que vino con su amiga Lucía Diez desde Castro para la ocasión. "No me importa venir al concierto aunque sean casi todo chicas", dice el joven de 13 años. El delirio por los Jonas hizo que llegaran chiquillas de todas partes: Donostia, Iruñea, Getaria... Poco importaba el tiempo que había por delante, tan sólo que las seguidoras de los jóvenes americanos iban a tener a pocos metros a sus ídolos, y cuando vieron cerca ese momento les invadió la insensatez y se pusieron a chillar y a vociferar como si estuvieran en el recreo. Se acercaba la hora del concierto y los nervios iban aumentando en proporción. A algunas no le quedaban ni uñas que morderse, pero otras, llenas de atrevimiento, pusieron su número de teléfono en carteles, por si había suerte. Hartas de esperar, a las 17.30 horas unieron sus voces para gritar ¡Que abran las puertas!, en medio de un ataque de histeria colectivo y gritos que ensordecerían a cualquiera.

Como si de una gala se tratara, las fans se habían preparado a conciencia: iban vestidas y pintadas para la ocasión, aparcando todo sentido del ridículo. No faltaban camisetas con la fotografía de sus divinidades, carteles o caras y brazos pintados con sus nombres, algo que ya hacían las fans de los Backstreet Boys y que parece que no pasa de moda. Así llegaron desde Zarautz y Getaria Ainhoa Aimaz, Ainize Goreka, Ane García, Lierni Osa y Eider Uribarri. A sus 14 años, y acompañadas por sus padres, se acercaron hasta Bilbao para ver el concierto, y sobre todo, para dejarse cautivar por Nick Jonas, el favorito de todas ellas. Otras como Estefanía Cano, Iraide Andrés, Ana Ballesteros, Paula Gómez y Sara Alvarez fueron más madrugadoras, y ya desde las nueve de la mañana estaban en la cola. Ayer no fueron a clase y no les preocupaba tener hoy un examen porque la ocasión era muy especial para ellas. "Hoy no hemos ido a clase, pero a mí me ha traído mi madre", explica Iraide Andrés sin ningún sentimiento de culpa. Y llegó el momento esperado. A las 18.30 horas se retiraron las vallas para entrar al recinto del concierto y las fans perdieron la poca cordura que les quedaba. Hubo empujones, gritos, y chaquetas y móviles por el suelo, mientras que el personal de seguridad intentaba que entraran en grupos pequeños. Todos querían estar en primera fila para ver a sus idolatrados cantantes, aunque, pasado ese momento de histeria, los fueron entrando de forma ordenad.

los jonas en bilbao

Una visita relámpago

Poco tiempo estuvieron los Jonas Brothers en Bilbao, para desilusión de muchas. Llegaron ayer por la mañana, se acercaron al BEC y se prepararon para su esperado espectáculo. Pero enseguida hicieron las maletas, ya que hoy mismo actuarán en Madrid ante otro séquito de incondicionales. Antes del concierto, se dedicaron a hacer pruebas de sonido, en la que tocaron tres canciones ante un afortunado grupo de 150 fans premiado por los patrocinadores. Asimismo tuvieron un encuentro privado con algunas de sus seguidoras, que disfrutaron de la compañía de los cantantes, algo, seguramente, envidiado por las atolondradas asistentas al multitudinario concierto de ayer.