VEINTE años forjan la trayectoria del Colmado Ibérico en Bilbao, donde abrió sus puertas en noviembre de 1998 como un establecimiento pionero en su modelo de negocio, que combina la charcutería delicatessen con el servicio de vinoteca, cafetería y restaurante con menús, carta, raciones y pintxos. Tras una reforma en 2015, mantiene su misma esencia, aunque es ahora más funcional. Siempre concibiendo ambos negocios, la tienda y el bar, como vasos comunicantes.

El jamón de bellota, ibérico 100%, Cinco Jotas, es “el rey de la casa” en este establecimiento ubicado en una de las principales arterias de la ciudad. De hecho, son reservistas de jamón, lo que significa que se desplazan cada año a Jabugo para hacer una selección privada de las piezas -elegidas una a una- que después venderán en su local. Tanto en la tienda como en el restaurante cortan el jamón a cuchillo, igual que el salmón ahumado, de calidad suprema. Allí dan cuidada respuesta al cliente por la mañana, desde las 7.30 horas, con los packs de desayuno. En el aperitivo ofrecen pintxos variados, con el jamón como protagonista, al que se suman las pulgas y lomos de bonito, por ejemplo.

En el restaurante, la cocina mediterránea es la base de las recetas con las que componen el menú del día, el especial de fin de semana y el de grupo. Y no faltan el chuletón de vaca vieja, el bacalao desmigado por ellos y los chipirones del Cantábrico. Asimismo, funciona muy bien su carta de arroces, listos en media hora. Son especialistas en carnes 100% ibéricas, como la presa, el secreto, la pluma o el solomillo. Además, en su comedor, con capacidad para 80 comensales, están potenciando el menú solidario en la campaña de Acción contra el Hambre.

En cuanto a su vinoteca, atesora más de 100 referencias de 50 bodegas de unas 30 D.O. entre las que da a elegir a una clientela fiel, de mediana edad. Y todo lo que se degusta en el Colmado Ibérico se puede llevar a casa, ya que cuentan con servicio a domicilio de restaurante y tienda, con amplia gama de productos.

Con una decoración que amplifica la sensación de espacio, más diáfano y luminoso con la reforma, buscan que el cliente “recorra toda una experiencia tras entrar por la tienda”. Y lo logran agrupando distintas actividades alimentarias en el mismo recinto.

A su modo de ver, su recomendación en la Guía Michelin avala “un trabajo bien hecho”, en el que hacen hincapié en el servicio.