Scarlett Johansson se prepara para darle un giro a su vida. Pronto será madre y directora de cine, más allá de su consagrada carrera de actriz, a la que suma este año cuatro películas, la primera de las cuales, Capitán América: El soldado de invierno, se estrena este viernes en el Estado español. La neoyorquina es uno de esos casos particulares de niños actores que logran superar su adolescencia en Hollywood sin perder los papeles, cuya fama explota al llegar a la edad adulta y aprenden a capear las miradas curiosas sin montar escándalos. "Tuve suerte y, aunque me vi envuelta en diferentes situaciones, como todos los chavales, fui capaz de ser muy discreta. No tenía un estilo de vida llamativo, quizá eso ayudó", confiesa Johansson al entrevistador.

La actriz luce la sortija que simboliza el compromiso de boda con su novio francés Romain Dauriac, y su ropa disimula cualquier signo de un embarazo que aún ella no ha confirmado oficialmente, pero que hasta el presidente del estudio Marvel, Kevin Feige, da por hecho.

Johansson asegura que sus planes de rodaje no han cambiado y repetirá como la Viuda Negra en Los vengadores 2: La era de Ultron, que se rodará en primavera, el mismo personaje que ya encarnó en Iron Man 2 (2010) y Los vengadores y que interpreta en Capitán América: El soldado de invierno, donde no escatima en escenas de acción. "Se necesita un poco de tiempo para volver a meterse en la piel del personaje y nos ponen al día sobre cómo ha cambiado ese universo Marvel en el que existimos", explica. En Capitán América: El soldado de invierno, la Viuda Negra, maestra del engaño, es víctima de su propia medicina y se muestra más vulnerable y cercana, lo que incrementa el interés sobre una heroína que reclama protagonizar su propia película. "Espero que la razón por la que Marvel me contrató fuera porque aprecian mi habilidad para dar forma al personaje, porque la gente quiera ver su lado humano. Sería un uso desafortunado de mi tiempo si el personaje funcionara mejor como una máquina de matar", declara.

Con dos décadas de carrera a sus espaldas, la actriz, que cumplirá 30 años en noviembre, señala que con el tiempo ha aprendido a ser más comprensiva e indulgente, y eso le ha permitido entender mejor a sus personajes.

directora "Tengo muchas ambiciones relacionadas con el mundo del entretenimiento, más allá de actuar para películas", manifiesta Johansson, que "en un futuro no muy distante" querría dedicarse a producir e incluso a la enseñanza. "Voy a dirigir mi primera película en la primavera de 2015. Siempre me imaginé que mi carrera seguiría ese camino. Me encanta trabajar con actores, me puedo ver algún día dando clases, quizá hasta dirigiendo teatro", comenta. Johansson lleva un tiempo poniendo en marcha la adaptación cinematográfica de la primera novela de Truman Capote, Summer Crossing. Ella misma se encargó de escribir el guion y realizará el filme, que carece aún de reparto. "Es un gran paso, un gran riesgo, pero, si sale bien creativamente, será una gran triunfo", apunta.

Preguntada por las polémicas recientes de estrellas como Justin Bieber y Miley Cyrus, Johansson dice "poder comprender su situación", aunque no se sentía identificada. "No recuerdo que hace diez años los tabloides fueran tan duros y críticos con los jóvenes; esto se ha ido desarrollando. Es terrible cómo cogen a los jóvenes famosos y los despedazan de esa forma", afirma Johansson, que se compadece de lo que están pasando las estrellas juveniles. "Me siento afortunada por no haber tenido que vivir todo eso -añade-. Ahora, si siento que abusan de mí, puedo encajarlo, puedo aceptar los mordiscos mejor", reconoce, aunque dice que en 2011 pasó el mal trago de ver cómo un hacker robó de su correo electrónico unas fotos que se hizo desnuda para enviar a su entonces marido, el actor Ryan Reynolds, las cuales terminaron filtradas en internet, causando un revuelo importante en las redes sociales.