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Histórico olvidado

El rey de los mares que pisó fuerte desde Bilbao

José Domingo de Mazarredo fue teniente general de la real armada, científico y organizador táctico naval

El rey de los mares que pisó fuerte desde Bilbao

Cuentan las crónicas que José Domingo de Mazarredo y Gortázar, nació en el número 14 de la calle Bidebarrieta, esquina con Víctor, el 8 de marzo de 1745. Hijo de Antonio José Mazarredo de Muñatones y Morgan, natural de esa villa, y de la limeña María Josefa de Gortázar y Arandía, su padre fue alcalde de la villa. Con respecto a sus apellidos, no concuerdan sus biógrafos; su padre, apellida a sus hijos en el testamento “Salazar de Muñatones y Gortázar”, mientras que José Domingo firmó “Salazar y Gortázar” cuando ingresó en la Academia; ya avanzada su carrera militar firmaba “Mazarredo y Salazar” y hacia el final de su vida firmaba “Mazarredo y Gortázar”.

A punto de cumplir los catorce años, sentó plaza e ingresó en la Compañía de Guardias Marinas el 17 de febrero de 1759. En ese año hizo prácticas en el Fénix, en plena campaña corsaria; después fue a Nápoles en el Firme y luego navegó en los navíos Atlante, Vencedor y Héctor. Ya como guardiamarina, embarcó en el chambequín Andaluz, que mandaba el capitán de fragata Francisco de Vera, para hacer prácticas. En este barco se distinguió en la mar, pues en la noche del 13 de abril de 1761, estando de guardia, impidió, con audaz maniobra, que el buque se estrellase contra las rocas. Salvo la vida a 300 hombres.

En 1772 embarcó en una expedición a Filipinas a las órdenes de Juan de Lángara, dedicándose durante la travesía a hacer observaciones y estudios de tipo científico. En noviembre de 1773, hizo otro viaje científico embarcado en la fragata Rosalía, también mandada por Juan de Lángara, viaje que tenía por objeto probar todos los procedimientos de navegación conocidos. Destacó por sus conocimientos de astronomía marina y como organizador táctico naval. Se cree que con él al mando de la escuadra se hubieran podido evitar las derrotas de San Vicente y Trafalgar. Situaron exactamente la isla Trinidad del Sur, en los mares de Brasil, y reconocieron la existencia de la isla de Asunción, al oeste de aquélla.

Mientras, ascendía a teniente de navío (1774) con dos años de antigüedad. En este viaje, estuvo a punto de perecer ahogado al caer al agua por un golpe de mar y quedar debajo de un bote, cuando se dirigía al islote brasileño de Fernando Noronha. A su regreso, tomó su licencia pendiente y se fue a descansar a Bilbao.

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En 1795 se le concedió el mando de la Escuadra del Mediterráneo, siendo destituido por manipulaciones políticas de Napoleón en 1801. En 1804, la Junta General de Gernika acordó el alistamiento militar, lo que produjo gran descontento en el Señorío con grandes tumultos, en los que fueron detenidos el corregidor y varios diputados. Mazarredo y Mariano Luis de Urquijo intercedieron para liberarles. A Carlos IV no le gustó la actuación, y a Mazarredo le desterraron a vivir fuera de Madrid, Reales Sitios y Señorío de Vizcaya. Tres años después le indultaron, pero herido por la ofensa, no le perdonaría nunca. En 1808, después de abdicar Carlos IV en su hijo Fernando VII, le encargan el mando del Departamento y la Comandancia de las tres compañías de Guardias Marinas.

En la invasión francesa, junto con otros españoles, va a Baiona a proclamar rey a José Bonaparte. Le nombra Secretario de Estado del Despacho de Marina y director general de la Armada. Después de varios años de ser despreciado por sus compañeros, es rehabilitado, rindiéndoselehomenaje por Real Orden del 18 de mayo de 1874, en la cual, mandaba Su Majestad, para enaltecer la memoria del general, que se llamase Mazarredo la corbeta que ahora se construye para la escuela de instrucción de los aspirantes del Colegio Naval. Bilbao le reconoce con una alameda por tantas gestas.