Aceptar las ‘cookies’ no es el problema, olvidarte de borrarlas sí
Los datos que recogen los navegadores te facilitan su uso, pero también aumentan la posibilidad de que se cuelen en tus cuentas.
Cualquiera de nosotros que navegue por internet, da igual desde qué tipo de dispositivo, tendrá que pasar por el aro de las cookies. De vez en cuando, al abrir algunas páginas o al descargarse alguna aplicación, suele abrirse una ventanita que pide una autorización para recabar algunos datos personales.
Relacionadas
Las cookies son pequeños archivos que los sitios web envían y almacenan en los navegadores que utilices mientras navegas por internet. Almacenan todo tipo de información que los sitios web utilizan para recordar ciertos datos sobre ti y tus interacciones anteriores con el sitio. De esta forma, ellos tienen información sobre ti y te ofrecen nuevas cosas que creen que te pueden interesar y, por otra parte, al recordarte, te evitan muchos pasos y todo va más ágil.
Existen riesgos
Pero esta información flotante puede acumularse de tal manera en la memoria del ordenador o del móvil que acabe afectando a la navegación y perjudicando la experiencia de usuario. Además, si alguien se cuela, puede robarlas y comerciar con tus datos, siendo la puerta de entrada de posibles ciberataques. Se calcula que hay 54.000 millones de estas cookies circulando en la dark web, de las que 554 millones son españolas. El riesgo de que acaben en malas manos y se utilicen para hacer daño es alto.
Bajo el genérico nombre de cookies se esconden distintos tipos de recopilación de datos según el objetivo concreto que tenga su programador. Existen diversas categorías que funcionan para distintos fines, desde mostrar anuncios personalizados a hacer ofertas específicas de productos o recomendar contenido a nivel general.
Entre los tipos de cookies se pueden encontrar las de Sesión, Persistentes, Rendimiento, Funcionales, Publicidad, Seguimiento y de Rastreo. Estas últimas tienen la consideración de ser las más delicadas. Ambas crean un perfil del usuario en función de las preferencias que va mostrando, basándose en tus gustos y preferencias, además de rastrear los movimientos que se realizan en los diferentes navegadores. A ellas se pueden unir las de Sesión, que son las encargadas de guardar los datos de inicio de sesión, lo cual puede poner en riesgo tu seguridad.
Así se eliminan las 'cookies'
Aunque la forma de eliminar cookies es bastante similar en navegadores y dispositivos, algunos pueden tener pequeñas diferencias entre móviles y ordenadores.
Navegadores en ordenadores
Google Chrome:
- Clicar en los tres puntos en la esquina superior derecha y seleccionar Borrar datos de navegación.
- En el menú desplegable, elegir el intervalo de tiempo (por ejemplo, Todos los periodos).
- Asegurarse de que Cookies y otros datos de sitios esté marcado y desmarcar las que no se quieran borrar.
- Pinchar en Borrar datos.
Microsoft Edge:
- Clicar en los tres puntos en la esquina superior derecha y seleccionar Configuración.
- Ir a Privacidad, búsqueda y servicios en el panel izquierdo.
- Buscar Borrar datos de exploración y pinchar en Elegir lo que quieres borrar.
- Seleccionar el intervalo de tiempo y marcar Cookies y otros datos de sitios.
- Clicar en Borrar ahora.
Mozilla Firefox:
- Clicar en el ícono de tres rayas horizontales en la esquina superior derecha y seleccionar Opciones.
- Pinchar en Privacidad y seguridad en el menú de la izquierda.
- Buscar Cookies y datos del sitio y clicar en Limpiar datos.
En teléfonos móviles
Android (Chrome):
- Abrir Chrome y pinchar los tres puntos en la esquina superior derecha. Seleccionar Configuración.
- Ir a Privacidad y seguridad y luego a Borrar datos de navegación.
- Elegir un período de tiempo, marcar Cookies y datos de sitios y pinchar Borrar datos.
iOS (Safari):
- Abrir la app de Ajustes.
- Bajar hasta Safari y seleccionarlo.
- Clicar Borrar cookies y datos de los sitios web.
Evitar acumular muchas cookies
Las cookies se han concebido para adaptarse a los gustos del usuario y permitirle la mejor experiencia de navegación, tanto para facilitarle los accesos como para poner a su alcance aquello que le interesa.
El problema es que se acumulen muchas y no se haga una limpieza periódica de las que queden almacenadas. Todo el inicio de sesión en redes sociales, bancos o plataformas para las que se necesite registro suele ofrecer cookies, que si se aceptan sin prestarles la debida atención pueden abrir la puerta a que los hackers acaben encontrando vulnerabilidades por las que colarse hasta los datos confidenciales. A partir de aquí, tienen vía libre para engaños de compras falsas, extorsiones directas o colar virus y programas de malware.
Y sin necesidad de que sean ciberdelincuentes, también pueden ser utilizadas por algunas tiendas online para ofrecer precios y productos diferentes dependiendo de tu ubicación, acciones en el navegador o los dispositivos que hayas registrado en algún sitio.
Teniendo esto claro —el servicio útil que hacen y los riesgos que pueden presentar—, lo normal es hacer limpieza de vez en cuando, ir eliminándolas para evitar su acumulación. La recomendación de los expertos es hacerlo cada dos semanas para equilibrar el esquivar los riesgos con el engorro de tener que volver a dar a la tecla de Aceptar cada vez que se entre en páginas web que se visiten de forma recurrente.