Células madre de pacientes con un tipo muy raro de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) permiten atacar un gen clave que contribuye a la enfermedad, una estrategia que puede contribuir al desarrollo de futuras terapias.

La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad Case (EE.UU.), se centró en pacientes con un tipo hereditario de ELA causado por la mutación en la proteína B de membrana asociada a vesículas (gen VAPB).

Según los investigadores, el gen VAPB proporciona instrucciones para la producción de una proteína que ayuda a conectar diferentes partes de la célula para que puedan comunicarse y responder al estrés. “Esto es especialmente importante en las células nerviosas”, dice la investigadora principal, Helen Cristina Miranda, que precisa que, al deteriorarse, las neuronas se vuelven más vulnerables a la degeneración.

Para el estudio, utilizaron células madre pluripotentes inducidas (iPSC, por sus siglas en inglés), un tipo de célula creada en el laboratorio a partir de la piel o la sangre de una persona que puede transformarse en casi cualquier tipo de célula del cuerpo. Las iPSC de los pacientes de ELA sirvieron para cultivar sus neuronas motoras en una placa de cultivo, lo que permitió a los científicos estudiar la enfermedad con células humanas reales.

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Entre los hallazgos, los investigadores descubrieron cómo una mutación en el gen VAPB puede interrumpir la comunicación entre partes clave de la célula, específicamente entre el retículo endoplasmático (RE), que actúa como centro de control de calidad de la célula, y las mitocondrias, que generan la energía que las células necesitan para vivir y realizar sus funciones.

Esta alteración conduce a la activación crónica de un mecanismo de protección llamado respuesta integrada al estrés, que pese a que en un principio es útil, a largo plazo reduce la producción de proteínas y perjudica la supervivencia celular, dañando las neuronas motoras y contribuyendo a esta rara forma de ELA.