Poseen los viajes iniciáticos el poder incorruptible de las primera veces. Representan un tránsito hacia lo inexplorado, hacia los adentros de uno mismo, al descubrimiento de lo que tal vez se pueda ser.
Lo desconocido como guía y la esperanza como cartografía. Usoa Ostolaza se subió al ciclismo hace un lustro desde el Laboral Kutxa, su equipo desde entonces.
Antes practicaba triatlón, la especialidad que agita el agua con la natación, recorre el asfalto con los pedales y expira la agonía con la carrera pie. La zarauztarra tuvo que palpar los entresijos del ciclismo hasta asumirlo.
Inquieta y despierta, abrió bien los ojos para absorberlo. Desde la curiosidad, el trabajo, la disciplina y la determinación emprendió su camino Usoa Ostolaza, la mejor ciclista vasca de la actualidad.
Segunda corona
La guipuzcoana llenó la maleta de curiosidad, el mejor de los equipajes, el más poderoso. A medida que conectó con las corrientes internas del ciclismo desde el Laboral Kutxa, fue llenando el petate de experiencia y de un año a esta parte de trofeos, logros, sonrisas y festejos.
En su vitrina cuelga la segunda corona del tour de los Pirineos, la carrera fetiche de Ostolaza. La zarauztarra estuvo acompañada en el podio final por Gontova y Cavallar.
“Ahora puede decir que es mi carrera favorita. Sin duda, volveré el próximo año”, subrayó la ciclista del Laboral Kutxa tras repetir pose en la ronda francesa. El pasado curso, su victoria en el Aubisque le catapultó al triunfo.
En esta ocasión, la pértiga que le condujo a la gloria la clavó a modo de estandarte sobre la cima del Soulor a través de la niebla. A Ostolaza le restaba cerrar su demostración pirenaica sin sobresaltos en la jornada definitiva. Se trataba de defender el tesoro arrancado desde las entrañas del Soulor un día antes.
Sostenida con solvencia y mimo por sus compañeras del Laboral Kutxa, perfectamente protegido el liderato, la zarauztarra certificó la victoria total con un segundo puesto en la etapa última, que agarró Brodie Chapman en solitario.
Séptima victoria
“Estoy muy feliz orgullosa de mis compañeras porque han trabajado duro para mi y por todo el equipo. Solo puedo darles las gracias”, resumió Ostolaza tras la victoria en la prueba francesa. Sumó así su séptimo triunfo desde que asomara en el profesionalismo.
En realidad, esa gran cosecha, se concentra en el arco temporal de un año. En ese tiempo, Ostolaza ha disparado su cotización. Además de las dos victorias en el Tour de los Pirineos, con dos etapas, la zarauztarra cuenta con título estatal así como con dos etapas del Tour de El Salvador.
Sin agobios, certificando su control y poderío, Ostolaza se coronó nuevamente la cita francesa, una carrera que le reconforta y premia aquel viaje que comenzó en 2021. Justo un año después de su irrupción el Aubisque, hollado el Soulor, Ostolaza revalidó la corona en el Tour de los Pirineos.