El estallido, el júbilo y el éxtasis se congregaron en el Kern Pharma durante una Vuelta de fantasía. La formación enraizada en Nafarroa alcanzó el cielo a través de Pablo Castrillo y Urko Berrade, que pintaron de verde la carrera. La alfombraron y por esa pasarela mostraron lo mejor de su repertorio. Las tres victoria de etapa suponen un logro majestuoso para una estructura que acudía a la Vuelta merced a una invitación de la organización. Convirtieron ese pasaje hacia un desafío en una conquista extraordinaria con los laureles de Castrillo, en Manzaneda y Cuitu Negru, y Berrade, en Izki, tras una actuación descomunal del equipo, varios cuerpos por encima de la nobleza que representa el WorldTour. En la Vuelta desembocó la avalancha del Kern Pharma, que sorprendió al pelotón por su energía y determinación.

La minuciosa preparación de la cita, con una concentración en altura, en Sierra Nevada, sirvió de trampolín para el impulso de la estructura navarra, que estaba completando un buen curso que tornó en sobresaliente después de los tres triunfos de la Vuelta, una anomalía. Una bella rareza que asombró a la carrera. El primer logro, el de Castrillo, horas después de conocerse el fallecimiento de Manolo Azcona, alma mater del equipo, anegó de emoción la carrera. A partir de ese descorche, el Kern Pharma, espumoso y chispeante, alcanzó cotas elevadísimas. Se subió al techo del Cuitu, descerrajando la niebla, un Castrillo lisérgico.

El oscense destempló a Vlasov. El rostro del ruso representó una tragedia griega. Para el Kern Pharma la Vuelta era La divina comedia. En la tercera semana de competición, el estruendo llegó con Urko Berrade en Izki. El navarro tronó con furia en una jornada por carreteras vascas dominada por la muchachada del Kern Pharma. La exhibición fue demoledora. Berrade cerró el círculo virtuoso del equipo como si se tratara del trabajo del mejor orfebre y maestro de joyería. “El balance de la temporada es muy bueno. La gente se queda con lo de las tres victorias de etapa en la Vuelta porque tiene mucha repercusión y es normal, pero para mí lo importante es que el equipo se ha consolidado y que hemos estado muy bien de febrero a octubre. A la larga eso es lo que cuenta”, expone Juanjo Oroz, mánager de la formación navarra. Además de las tres victorias en la Vuelta, el Kern Pharma sumó otra con José Félix Parra en una etapa de Alpes Isère Tour. En cualquier caso, si bien es indudable el formidable impacto y huella que han dejado de las victorias en la Vuelta, Juanjo Oroz, que estará hoy en la presentación del Tour en París, prefiere abrir la mirada y ganar perspectiva para que el fulgor de la traca final no impida ver la luz siempre presente, a modo de un filamento incandescente que no cesa. “Nuestros deseo es seguir creciendo como equipo, ser más sólidos en todas las carreras y por eso trabajamos”.

El sueño del Tour

Además de las victorias, el conjunto navarro logró 107 top 10 con 21 corredores distintos. Pablo Castrillo, con 13, lideró esta estadística y Pau Miquel y Kiko Galván, ambos con 12, le siguieron de cerca. Destacaron las 15 posiciones de top 10 obtenidas en la Vuelta. Solo el UAE ofreció mejor rendimiento en ese apartado. “Preparamos muy bien la carrera. Llegamos frescos y con el punto de calma necesario. Desde que salimos fuimos a buscar una victoria. Mentiría si pensara que podíamos ganar tres etapas, pero la dinámica del equipo fue muy buena. Mostramos ambición y teníamos muy claras los ideas y los roles de cada uno. Creo que eso fue un aspecto fundamental, además de que te tiene que salir todo bien”, subraya el mánager, que acentúa siempre que puede el concepto del trabajo paciente como fórmula para el crecimiento continuado y firme del equipo. Esa es la clave de bóveda de la escuadra navarra, que tratará de elevar el listón en 2025. “Se nos exigirá más. Queremos ganar otra vez en la Vuelta y seguir creciendo. Más adelante, el sueño es estar en el Tour y no vamos a parar hasta conseguirlo”, enmarca Oroz. El vuelo del Kern Pharma.