eRA 2011 cuando un Igor Antón vestido de naranja enfiló la recta de la Gran Vía bilbaina para proclamarse campeón de la décimo novena etapa de la Vuelta. La carrera había tardado 33 años en volver a tener una meta en Euskadi y su ganador era de casa. Todo había salido redondo y, por esa razón, siete veranos después, los aficionados vascos recuerdan ese mágico momento con nitidez. Después, en 2016, la doble subida a El Vivero congregó a miles de seguidores a ambos lados del asfalto. Su criba coronó al belga Jens Keukeleire, el más espabilado al sprint, ante un Alberto Contador que encendió el ambiente con su aguijón, pero careció de suerte. O de piernas. Es igual, el protagonismo se lo llevó el calor de la gente. En esos momentos, Bizkaia demostró ser sinónimo de ciclismo y, por eso, ahora Bizkaia espera a La Vuelta impaciente. “A nivel deportivo, es increíble que los chavales puedan ver tan cerca a Valverde, Quintana, Yates o López; les hace mucha ilusión y, en ese sentido, es bueno para nuestro ciclismo que una etapa pase por nuestras carreteras”, explica Iñigo Larruzea, presidente de la sociedad ciclista Amorebieta. Y Joseba Arrizabalaga, máximo dirigente de Punta Galea txirrindulari elkartea, le da la razón: “El año que Igor Antón ganó sí que vimos que se acercaban más chavales a informarse y apuntarse. Que venga el espectáculo de la Vuelta es bueno para nosotros porque la gente se interesa más por nuestro deporte”.

Por eso mismo, para Josu Atxotegi, presidente de la sociedad ciclista Duranguesa, “otro gran impulso es que ganase algún corredor del Euskadi-Murias para que la cantera pueda ver que alguien de aquí puede vencer a los mejores del mundo. Para que los chavales vean que se puede llegar arriba”. Es más, Atxotegi cree que la escuadra vasca intentará dar la campanada en la etapa de mañana, que aprovechará su conocimiento de las carreteras para conseguir su segunda victoria en esta Vuelta: “Conociendo bien la zona, imagino que lo intentarán. Tienen bien situado a Óscar Rodríguez, en el puesto 22 de la general, y seguro que se motivará muchísimo con el ambiente que habrá. Estoy convencido que esta etapa es uno de los objetivos del Euskadi-Murias”. De igual forma, augura que el corredor que intente sorprender “lo pasará mal”, pero también espera que “como va a haber tanta gente animando, el calor de la afición les empujará hacia arriba”.

Las sociedades vizcainas comparten la opinión de que, sin duda, el verdadero atractivo de la jornada será la ascensión al Monte Oiz. Una cima inédita de la Vuelta que, además, hará de meta. “Es un recorrido precioso, para que el aficionado disfrute; pero el pelotón lo va a pasar mal. Sobre todo viendo la manera en la que corren últimamente, a grandes velocidades, aquí no van a poder hacer eso y van a sufrir mucho”, augura Kuki, de la sociedad ciclista Iru Herri. De hecho, es la rapidez, o más bien la falta de ella, la que generará el espectáculo en el coloso de los aerogeneradores. Así al menos lo piensa Agustín, de la sociedad ciclista de Derio: “Ese final de etapa en mi época, y ahora tengo 68 años, no hubiera sido posible. Y aunque ahora hayan arreglado algunos tramos, va a ser durísimo. Ahí no va a haber pelotón, sino que va a ser un sálvese quien pueda. En los tramos más duros se sube a velocidades inferiores a diez kilómetros por hora y, por eso, va a ser increíble”. Por ello, este deriotarra estará mañana en primera línea para ver esta inédita final de etapa: “Va a ser increíble que profesionales del ciclismo, preparados para el máximo esfuerzo, se tengan que arrastrar para subir a Oiz. Va a haber un nivel de sufrimiento muy alto”:

Es más, Agustín considera que esta ascensión “ha venido muy bien para el mundo ciclista” porque “ya han ido infinidad de aficionados a probar la subida y la meta”. Sin embargo, su compañero de Iru Herri no opina igual: “No creo que esta etapa tenga mucho impacto en el ciclismo vizcaino porque, tal y como está el tema de las escuelas en este momento, no creo que algo así vaya a ayudarnos”, dice Kuki.

impulso a las clásicas Desde la sociedad ciclista Amorebieta conocen bien la subida a Oiz, al fin y al cabo, el monte forma parte de su paisaje; y por eso su presidente no duda en admitir que “su subida es una burrada”. Larruzea piensa que la llegada a meta “va a ser una exhibición”, pero le parece “increíble que una etapa de la Vuelta o de cualquier tipo de prueba acabe ahí arriba porque hay unos desniveles exagerados”. Otro que también se ha recorrido un par de veces el afamado ascenso es Arrizabalaga ya que “por el Balcón de Bizkaia pasan algunas carreras de categorías inferiores”. El presidente de Punta Galea txirrindulari elkartea admite que “la etapa va a estar muy bien”, sobre todo porque “ya es la última semana y se están jugando la general”.

Con todo, tanto Larruzea como Arrizabalaga pueden presumir de organizar dos de las carreras más longevas de Bizkaia: la Klasika Primavera y el Circuito de Getxo, respectivamente. Por eso, aunque reconocen que el paso de La Vuelta ayuda a “que la gente se interese un poco más por el ciclismo”, esto no se traduce en un impulso sobre el que subsistir. Por eso, aprovechan el paso de la etapa por sus carreteras para reivindicar la situación del ciclismo de cantera en el territorio vizcaino. “Económicamente estamos pasando miserias y vemos que La Vuelta viene con mucho bombo y más dinero, entonces creo que habría que potenciar también las dos carreras buenas que tenemos y que, además, tienen mucha antigüedad”, explica Arrizabalaga.