bilbao - Se acabaron las medias tintas. El Tour entra hoy en la alta montaña por la puerta grande: el Col de Aspin, la primera subida importante que supone, además, la primera dificultad del tríptico pirenaico al que el pelotón tendrá que enfrentarse este fin de semana. Es la hora de que los favoritos muestren sus cartas y todo comienza en esta séptima etapa de 162 kilómetros (L’Isle-Jourdain-Lago de Payolle), aunque los ciclistas consideran que la de esta tarde todavía no será una carrera definitiva. “No será una prueba de fuego, aún es pronto para sacar demasiadas conclusiones, pero si será un test importante”, señaló ayer Alberto Contador.

De igual opinión es Alejandro Valverde: “Hoy puede pasar algo, pero los dos días siguientes serán más duros. La gente será algo más conservadora pensando en el fin de semana”. Y es que el de Movistar recuerda cómo Froome basó su triunfo de la pasada edición en este escenario, pero aún así, su líder Nairo Quintana se muestra tranquilo: “Froome lo volverá a intentar, pero trataremos de defendernos”, aseguró.

La de hoy será la primera de las tres citas con los Pirineos, que llevarán al pelotón a ascender míticos puertos como el Tourmalet o Arcalis, única meta en alto de este macizo. - N. M.