Bagneres-de-Luchon. Dos chavales, Bardet (24 años) y Pinot (24) luchan por el podio del Tour con Valverde o Peraud, dos de la vieja escuela, y el choque generacional se interpreta como el anuncio de un relevo que no se puede dilatar mucho en el tiempo. No se puede luchar contra eso. Ion Izagirre y Jesús Herrada comparten generación con los dos franceses y todos les señalan como los corredores del futuro en el ciclismo estatal, los que ocuparán el lugar de Valverde, Contador, Purito, Samuel y el resto. De lo que van aprendiendo en el Tour -la tercera grande del guipuzcoano tras el Giro de 2012 y el Tour de 2013 y la primera del conquense-, de lo que les enseñan los viejos, de Bardet y Pinot y del relevo hablan el día de descanso en Carcassonne.
Vaya Tour les ha tocado para aprender.
-ION IZAGIRRE: Está siendo complicado. No hay ni una etapa de transición de las que decís los periodistas. Ha habido tensión, se ha ido muy rápido? Si no es por una cosa es por otra, pero no ha llegado ni una fuga. Aquí todo el mundo quiere estar delante, todos quieren ganar. Y luego está el tiempo, que ha sido muy malo. No hemos tenido el sol ni el calor de otros Tours y eso se ha notado en el pelotón. Mira cuantas bajas ha habido. Y hay mucha gente que sigue pero tocada, con catarros, flemas, enfermos?
¿Se han encontrado ustedes, tan jóvenes, con alguna situación con la que jamás se hubiesen esperado tropezarse?
-JESÚS HERRADA: Es mi primera grande y mi primer Tour y para mí todo es nuevo. Pero lo de la etapa del pavés en una carrera como esta es algo que no se ve todos los días. Es lo que me ha sorprendido de todo.
¿El Tour enseña?
-J. H.: Sí claro. Lo primero, a ser constante. A hacerte a la idea de que puede haber días malos o peores, pero que tienes que estar ahí sí o sí, que no existe la posibilidad de dejarte ir.
-I. I.: El Tour no es fácil. Aprendes por necesidad. Y es eso, lo que dice Jesús, que todos los días no son iguales, pero eso no importa porque tienes un líder al que hay que acompañar y no dejarle nunca. Hay que escuchar a la gente que lleva muchas grandes y sabe. A Erviti, a Plaza, al propio Alejandro? El día del pavés, Alejandro tuvo una caída justo antes del primer tramo y fue un momento delicado. En esas situaciones es difícil mantener la calma y la serenidad, pero los que saben la tuvieron, supieron hacer que reinara la tranquilidad, que todos permaneciésemos juntos para devolver poco a poco a Alejandro al pelotón. En el Tour te das cuenta de que las patas son importantes, claro, pero también la experiencia.
-J. H.: Pero mantener la calma en ese momento no es fácil.
-I. I.: Hay situaciones en el Tour que no te esperas. Esa del pavés por ejemplo. Y entonces la cabeza no te da para pensar. No sabes lo que tienes que hacer.
¿Los ‘viejos’ les enseñan o venden caros los consejos?
-J. H.: Los que hay en el equipo enseñan.
-I. I.: Te hablan de su propia experiencia y te dan consejos que creen te pueden ser útiles. No me acuerdo de uno concreto. Pero siempre te insisten en lo importante que es el descanso, el masaje, la alimentación. En algún caso yo he llegado aquí creyendo una cosa y ellos me han dicho que no, que lo harían de otra manera.
-J. H.: Por ejemplo, en un día que hay un puerto largo cerca de meta te explican que es inútil apretar si ves que no puedes estar delante. Te dicen que vayas tranquilo, que levantes el pie porque no se puede ir todos los días al 100%. Eso a un ciclista joven le cuesta asimilarlo. Te ves bien y quieres saber hasta dónde llegas. Hace falta que alguien te diga lo importante que es tomarse con calma algunas situaciones de carrera y guardar para otros días que en el Tour siempre va hacer falta. Eso me lo han enseñado aquí.
¿El Tour es tan angustioso?
-J. H.: Es agobiante.
-I. I.: Hay muchas carreras durante el año, pero ninguna como esta. Por todo lo que le rodea, ves que el Tour es tan grande que te exigen más y te exiges más a ti mismo. Todo el mundo se crece.
-J. H.: Psicológicamente te da el punch para dar más de lo que puedes. Solo por estar aquí das un punto más que en otras carreras.
-I. I.: Te da subidón. Te vacías de otra manera porque sabes que te juegas mucho.
Bardet y Pinot son corredores de su generación y están luchando por el podio.
-I. I.: Están fuertes, muy fuertes. Pinot ya demostró hace un par de años que era capaz de hacerlo bien en una grande. Es el anuncio de un cambio generacional. Ley de vida. Viene gente joven por detrás y eso es bueno.
¿Ustedes se ven ahí, en su lugar?
-J. H.: Algún día, quién sabe.
-I. I.: No sé si, en mi caso, en una carrera de tres semanas. Tal vez ellos sean otro tipo de corredores.
-J. H.: En España se tarda más en madurar o eso parece. Mira Kwiatkowski, que también es de nuestra generación. Nosotros, por una cosa o por otra, tardamos más en llegar.
-I. I.: Tenemos la referencia de Alejandro, Contador, Purito o Samuel, que son grandísimos y todavía quedan años para que salgamos o salga alguien que pueda estar a su altura.
Esa generación de corredores que cita -Valverde, Contador, Purito, Samuel- ve cada vez más cercana la retirada. Cuando se vayan dicen que en el ciclismo estatal vienen años difícil porque no hay relevo para ellos.
-J. H.: También hacía no sé cuantos años que no se ganaba el Tour del Porvenir y el año pasado lo ganó Rubén Fernández.
-I. I.: No me gustan mucho las comparaciones.
-J. H.: Sí que va a ser difícil que salga gente como ellos porque son de los mejores del mundo. Ya se verá cuando llegue ese momento.
-I. I.: Tiempo al tiempo. Cada corredor tiene sus cualidades y no todos valemos para vueltas grandes o mundiales. Nosotros tenemos que ver todavía cuál es nuestro sitio.
Los que saben dicen que ustedes dos representan el futuro del ciclismo estatal, la esperanza, digamos.
-J. H.: Si lo dicen?
-I .I.: Sí que estamos andando bien y hemos hecho cosillas, pero tenemos mucho que mejorar y aprender si queremos llegar a ser como estos. Jesús y yo vamos bien, pero hay más gente ahí también.
-J. H.: Cuesta verse ahí, donde ellos.
-I. I.: Es que no te puedes comparar con Valverde y estos. Ves el palmarés que tenían con tu edad y asusta. Aunque cada uno tiene su proceso de maduración. Puede ser una cuestión de mentalidad, o de físico, no sé.
-J. H.: Alejandro por ejemplo siempre ha sido ganador. Con 20 años ya ganaba. Nosotros somos diferentes. Vamos a otro ritmo.
Ambos tienen la compañía de sus hermanos mayores, José Herrada y Gorka Izagirre, en el equipo. ¿Eso les ha allanado el camino?
-I. I.: Es una ventaja. Me da estabilidad y confianza. Al final, nos conocemos de toda la vida. Entrenamos y trabajamos juntos. En los momentos buenos no te falta gente al lado y es fácil estar bien anímicamente. Pero cuando las cosas no ruedan como quieres? Tener una persona que te comprenda bien, que sabe lo que sientes y sufres, y te pueda hablar en confianza de lo que te pasa y te abra los ojos es un apoyo impagable.
-J. H.: Yo tengo a José a mi lado. Pero también a nuestro hermano mayor, que corrió hasta juveniles. En el Campeonato de España de Ponferrada, por ejemplo, corrimos los tres. Fue curioso. Es bueno tener en casa un hermano ciclista que te ayude. Y si además está en el equipo, ni te digo. Lo que tú estás viviendo en un momento concreto, él lo ha vivido y ya sabe lo que te puede aconsejar.
-I. I.: Luego está mi aita -José Ramón Izagirre-, que fue ciclista y eso también ayuda.
-J. H.: En mi casa no hubo de eso. Mi padre tenía que trabajar y no podía competir, pero le gustaba y andaba algo en bici. Él nos lo pegó a los tres. Siempre hemos tenido bici en casa e íbamos a ver a mi hermano mayor cuando corría en cadetes.
¿En el Tour mantienen el contacto con sus hermanos?
-J. H.: Sí, claro. Y me da consejos. Me dice que guarde todo lo que pueda.
-I. I.: Gorka y yo nos hablamos por WhatsApp. Me pregunta a ver qué tal voy y eso. Me da ánimos pero no me critica. Me dice que voy bien, que voy a ir a más? Eso ayuda.