Hace ya un par de semanas que concluyó la temporada del Lointek Gernika. ¿Cuál es el análisis que hace?

Regresando al punto de partida y a la construcción del equipo, creo que la temporada ha sido buena. Nos habría gustado cerrarla subiendo un escalón más, pero los objetivos que eran entrar en la Copa y tener las máximas opciones de jugar el play-off, los hemos cubierto. Nos queda ese punto de no haber alcanzado la octava plaza, pero era algo que no dependía solo de nosotras y los rivales lo han hecho muy bien. Viendo todo el lienzo y la exigencia de la Liga Femenina por arriba y por abajo y sabiendo que habíamos elegido tener un equipo de un perfil diferente al de otros años, estamos contentos.

El Lointek Gernika ha logrado el mismo balance de victorias que la pasada temporada, catorce, pero ha subido un puesto hasta el noveno puesto. La medalla de chocolate, como dicen en los Juegos Olímpicos. Es una pena ese poco que ha faltado para lograr la mejor nota.

Bueno, hay equipos que juegan la Eurocup y acaban sufriendo u otros que logran la permanencia en la última jornada y lo celebran a lo grande. Nosotros no somos muy partidarios de las expectativas porque matan a los equipos, sino que preferimos pensar en el trabajo diario y en una continuidad. Hemos estado siempre en esas posiciones intermedias, pero está claro que nos ha faltado poner esa guinda. Claro que los rivales también juegan y las circunstancias de cada equipo han provocado los resultados que se han dado, que podían haber sido otros. Al final, a nosotras nos faltó alguna victoria más, pero en conjunto estamos contentos con el desarrollo de la temporada viendo cómo empezamos y cómo conseguimos que la plantilla fuera competitiva, pese al riesgo que asumimos al confeccionarla.

En Maloste han logrado siete victorias, las mismas que fuera de casa, y ocho derrotas. ¿Este ha sido la mayor amargura de la temporada?

“El equipo ha evolucionado, ha ido mejorando. A día de hoy todas las jugadoras han crecido y nos han hecho crecer como club”

No lo sé. Hacerte fuerte en casa es muy importante y empezamos con dos derrotas en casa ante el Ensino y el Estudiantes y hemos cerrado con otras dos ante el Araski y el Gran Canaria. Entre unas y otras, hemos sido capaces de sumar victorias fuera. Aún hay pistas que son difíciles, sobre todo las de los cinco primeros, pero ya no es tan relevante ese parámetro de jugar en casa o fuera, sino que hay que mantener ese nivel. Pero claro que ganar todo lo que puedas en casa te hace aspirar a subir escalones.

¿Y a qué se ha debido esta irregularidad? ¿Puede ser que en algunos partidos en Maloste haya habido demasiada ansiedad?

Sí, creo que es un análisis adecuado. Muchas veces ese deseo de querer hacerlo bien, de que no se escapen las victorias, ha llevado a una incorrecta gestión de las emociones que ha hecho que se nos hayan escapado partidos, o que algunos que teníamos cerca parecieran muros insalvables. Es un poco extraño porque esas situaciones las hemos vivido fuera de casa y hemos logrado sacar victorias. El equipo ha ido evolucionando, ha ido mejorando, creo que a día de hoy todas las jugadoras han crecido y nos han hecho crecer como club. Este es uno de los puntos que hemos analizado y que veremos cómo nos lleva a rearmar la plantilla en cuanto a esas situaciones emocionales.

En cuanto al juego, los malos porcentajes desde la larga distancia les han lastrado en demasiados partidos. ¿La marcha de Mikesell hizo mucho daño?

Pues sí. Siendo un equipo de gente que podía tirar, no teníamos tiradoras puras. Por eso fichamos a Mikesell y a Soltau, que nos podían abrir el campo. Su salida nos hizo reestructurar todo el ataque y buscar otras capacidades. Hemos tenido algún partido bueno, pero también momentos de atasco. Nuestros porcentajes no han estado ni por asomo cerca de la media de la liga y sabemos que eso es importante en estos tiempos. Nuestro juego era muy de dentro hacia fuera y muchos rivales nos han colapsado o defendido en zona. La toma de decisiones ha sido buena en general, pero no siempre ha acompañado el acierto. Además, cuando no hemos dominado el rebote nos ha costado producir. No obstante, supimos agarrarnos a otras cosas y eso nos ha permitido estar casi hasta el final en la pelea. Si miras para arriba, tenemos cuatro plantillas de clubes de ACB o Primera FEB, tres clubes con buenos recursos económicos y al subcampeón de la Eurocup.

¿Ese es entonces el sitio que le toca al Lointek Gernika en este ecosistema de los últimos años?

“El deseo de querer hacerlo bien en casa ha llevado a que se nos escaparan partidos por una incorrecta gestión de las emociones”

No sé si es el que nos toca, pero es en el que nos ha colocado la competición este año, como a todos. Nosotras buscábamos ser competitivas con unos recursos diferentes y creo que lo hemos conseguido. En la primera vuelta nos metimos en la Copa y en la segunda nos hemos quedado a las puertas. Es lo que hay, no nos hace pensar que la temporada no ha sido positiva. Valoramos el camino que hemos seguido, pero obviamente tenemos que analizar, estar despiertos y tratar de generar para la próxima temporada la mejor estructura de plantilla posible.

Dice que todas las jugadoras han mejorado, pero ¿esperaba algo más de alguna? Pienso sobre todo en Dodson y Chery en la segunda vuelta.

Bueno, siempre puedes esperar algo más. Las actuaciones de las dos no se han correspondido con su trabajo diario, que ha sido excelente, y por eso las tengo en alta estima. En el caso de Dodson, buscábamos un mayor impacto en ataque y nos duele que no le haya acompañado esa capacidad de finalizar. Y Chery ha tenido un bajón en el tramo final que lo hemos acusado porque necesitábamos lo mejor de cada una para ser un equipo competitivo.

Hace unos días, se confirmó que Buenavida y Fam regresan al Valencia tras su cesión. ¿Qué balance hace de su temporada?

Muy positivo. Las incorporamos por lo que eran, no por lo que iban a ser, y ellas entendieron que Gernika podía ser un buen lugar para expresarse en el día a día y en la competición. Ellas tuvieron la oportunidad de centrarse en un solo equipo y creo que lo han sabido aprovechar, por lo que nos han transmitido.

Una temporada más, el grupo de gente de casa ha sido un buen apoyo para el grupo.

El crecimiento de la liga exige que esas jugadoras también tengan que crecer y sumar más, al margen de servir de apoyo para que crezcan las demás. Este año volvieron Ane y Naia, gente de la cantera, y eso nos permite reforzar ese núcleo para que en el futuro podamos tener unas bases sólidas en una demanda de la liga cada vez mayor.

Precisamente, esa exigencia va a ser cada vez mayor para clubes como el Gernika.

“La exigencia de la liga nos obliga a dar pasos firmes, sin caer en los malos momentos en histrionismos que puedas acusar en lo económico”

Eso nos obliga a ser coherentes y dar pasos firmes, sin caer en los momentos difíciles en histrionismos o precipitaciones que puedas sufrir a más largo plazo desde el punto de vista económico o presupuestario. Tenemos que sumar cada uno en lo que podamos un poco más, tanto a la hora de buscar recursos como en la utilización de esos recursos, y mejorar cada uno en su parcela para que el equipo siga siendo competitivo. Mejorar en la clasificación es lo que todo el mundo quiere, pero casi tiene más valor ser capaz de no caer en esos baches y pelear de manera constante por esas plazas que hemos comentado.

Justo ha empezado mayo y casi todos los clubes ya han parado, y los que siguen en competición han perdido jugadoras antes de acabar. No parece muy normal.

Los que tiene capacidad de incidir en ello lo mirarán, pero no da buena imagen no poder disfrutar de las mejores jugadoras cuando el título está en juego. Pero todo el mundo sabe lo que hay al principio de la partida y juega sus bazas como mejor le conviene. Las fechas son complicadas por las competiciones FIBA, aunque seguro que se puede mejorar. Quitarle densidad en determinados periodos es posible, pero eso alargaría el calendario y los clubes también deben ser consecuentes con ello.