bilbao. "Bien, ¿no Javi?". Y Javier Ruiz de Larrinaga responde que sí, que "bien", pero no dice mucho más y eso que acaba de lograr, ayer en Asteasu, la primera victoria de una temporada en la que ganar está carísimo porque Aitor Hernández, sobre todo Aitor, y Egoitz Murgoitio son tan rápidos y poderosos que cada carrera en la que compiten se convierte en un duelo exclusivo entre ambos. Así que el alavés no le quiere quitar ni un migaja de gozo al sabor de su primera victoria, pero es el primer en recordar que, claro, "no estaban estos dos". Murgoitio, porque lleva dos semanas de baja por lesión; Hernández, quizás porque prefiere estar fresco para tratar de sellar hoy en Puente Viesgo el título de la Copa Federación que acaricia y luchar mañana por la prestigiosa victoria en el ciclocross de Igorre.

Sin Hernández y Murgotio en la salida, Larrinaga se sabía claro candidato a la victoria en el circuito de Asteasu, menos embarrado de lo esperado. Pero eso no le hizo confiarse, buscó la concentración máxima para no descuidarse y cometer errores, controló a sus rivales -Arriola, Arregi, Zubero y Barba le disputaron el triunfo- durante la primera mitad de la carrera y en la segunda tomó el mando con autoridad para caminar sin oposición hacia su estreno en lo que va de la temporada.

Hoy, Larrinaga se mide a Hernández en Puente Viesgo con el objetivo de acercarse al vizcaino para evitar que sentencie la Copa Federación.