Bilbao. Antes de arrancar el Giro en Nápoles el pasado día 4, todo el mundo miraba a las filas del Sky. El equipo británico era la escuadra a batir, no solo por contar con Bradley Wiggins, sino por tener también a hombres como Sergio Luis Henao o Rigoberto Urán. Pero a falta de cuatro etapas para llegar a Brescia, el punto final de la corsa, no hay duda de que el equipo triunfador de este Giro es otro, el Movistar. Eusebio Unzué no tiene bajo su brazo al ganador del Giro, ni siquiera a un velocista que coseche triunfos al sprint, como Mark Cavendish, quien él solito se ha llevado cuatro etapas. Movistar ha sabido jugar sus bazas y después de ser segundos en la contrarreloj por equipos de la segunda etapa, ha cosechado cuatro triunfos parciales con tres hombres diferentes. Ayer, en Vicenza, fue Giovanni Visconti el que levantó los brazos en la línea de meta. El siciliano, después de ganar en el Galibier, consigue su segundo triunfo en el Giro.

La décimo séptima etapa unía ayer Caravaggio y Vicenza por medio de un trazado de 214 kilómetros que era llano casi en su totalidad. El pelotón solo tenía que enfrentarse al Crosara, una tachuela de cuarta categoría a pocos kilómetros de la meta. Lo normal es que se decidiese la jornada al sprint, pero Visconti improvisó otro final para la carrera.

La escapada del día la protagonizaron cuatro corredores: Belkov, del Katusha, Rubiano, del Androni, Durbridge, del Orica, y Dockx, del Lotto. Después de huir durante toda la etapa, fueron absorbidos por el pelotón poco antes del Crosara. El colombiano fue el que más resistencia opuso y se agarró a la rueda de Danilo Di Luca, quien buscó suerte con un ataque. Los dos sucumbieron ante el empuje de Visconti, que consiguió coronar en solitario la pequeña ascensión tras superar unas rampas del 12%. Este repecho liquidó las fuerzas de Mark Cavendish, que perdió contacto con el pelotón y no pudo pelear por conseguir al sprint la que hubiese sido su quinta victoria en el Giro.

Tras pasar Crosara con 30 segundos de ventaja sobre los favoritos, Visconti se exprimió a fondo para no ser cazado. Omega, Argos y Cannondale eran los equipos que buscaban el sprint, pero en el pelotón no hubo el acuerdo suficiente para darle caza. Visconti se planteó los últimos kilómetros como si fuesen una contrarreloj y sacó todo el jugo que pudo de sus platos y piñones. Incluso estuvo cerca de colisionar contra una valla en una curva.

Fichado en 2011 por Movistar por sus dotes como velocista, Visconti le ha dado al equipo español dos victorias en dos etapas que en principio no se ajustan a sus características. Ganó como un escalador en el Galibier y ayer tampoco tuvo que utilizar sus dotes de velocista. Además, parece que Visconti es poco menos que el hombre invisible. Se da la casualidad de que en las dos etapas que ha ganado, el ciclista que ha llegado segundo a la meta ha levantado los brazos pensando que era el primero en llegar. Ni Betancur en la décimo quinta etapa ni ayer Navardauskas se dieron cuenta de que había un ciclista por delante suyo. Los dos celebraron una victoria que no habían conseguido.

Las tres etapas decisivas

El Giro afronta a partir de hoy las tres etapas que van a decidir quién gana la corsa rosa. La de hoy, una cronoescalada de 20 kilómetros entre Mori y Polsa será el prólogo de las dos etapas de alta montaña en los Dolomitas.

Nibali, Evans, Henao... El favorito para la cronoescalada es una incógnita. El líder ha sido el único que no ha dado muestras de debilidad hasta la fecha, pero es una etapa en la que hombres que se defienden cuesta arriba pueden dar algún susto, sobre todo a la hora de configurar el top ten.

El viernes y el sábado vuelven los problemas por el mal tiempo. Las tormentas de nieve programadas para hoy ponen en serio peligro las ascensiones a Gavia y Stelvio, incluso las de las Tres Cimas de Lavaredo. Las nevadas y unas temperaturas bajo cero amenazan con repetir las dantescas imágenes vividas en la mítica etapa del Gavia de 1998.

Los organizadores, mientras están pendientes de las precipitaciones, buscan recorridos alternativos, pero parece que en ningún caso podrá ser un perfil de alta montaña, ya que todas las cotas de altitud similar están destinadas a cubrirse con un espeso manto blanco. Puede que la naturaleza acabe con las miras de muchos corredores.