bilbao. ¿Qué se siente al levantar los brazos en una etapa de una vuelta como el Giro de Italia?

He tenido tiempo para levantar los brazos en meta y saborearlo. Sientes orgullo, satisfacción y una enorme alegría. He podido sacar todo lo que llevaba dentro acumulado. Fui segundo en una etapa de la Vuelta y también en otra del Giro de 2012 y sí creo que tenía esa necesidad de ganar una etapa en una vuelta grande. He tenido la suerte de conseguirlo en una jornada en la que no lo esperaba. Eso hace que lo disfrutes de una manera doble. Era un día para que la fuga llegase a meta, pero a veces las oportunidades te llegan cuando menos las esperas. Por eso esta victoria es una doble satisfacción.

¿Se veía con posibilidades en el cuarteto del final?

Ha ayudado que Gesink tuviese una avería en la cadena que le ha dejado fuera de la pelea. Yo veía que el más peligroso era el corredor de Astaná, Tanel Kangert, porque había venido a rueda de otros dos compañeros toda la carrera. Era él quien iba a estar mejor de fuerzas. En el último kilómetro me he puesto tercero para poder vigilarles a los dos. He tenido sangre fría y he arrancado a distancia, cuando el de Astaná ha disminuido un poco la velocidad.

Se lo ha dedicado a Xavier Tondo.

Sí. Justo en dos días (por mañana) se cumple el segundo aniversario de su muerte y he querido dedicarle este triunfo. También a mi abuelo, que era mi fan número uno y el que más se alegraba de que yo fuese ciclista. Pero también me tengo que acordar de mi equipo, que está haciendo un gran trabajo, y de Eusebio Unzué. Todos ellos han confiado en mí y me han ayudado mucho, sobre todo estos dos años que han sido muy difíciles para mí. A todos ellos les debía esta victoria.

Un día vestido de líder, una victoria de etapa, noveno en la general... ¿Se le puede pedir más a este Giro?

La verdad es que me dicen todo eso antes de venir al Giro y lo hubiese firmado seguro. Echando un vistazo a la general, algo quizás se pueda mejorar todavía. Quedan tres jornadas muy complicadas, con la cronoescalada y dos días de alta montaña. Intentaré mejorar, pero si conseguimos mantener lo que tenemos, creo que será un Giro de matrícula de honor.

¿A qué puesto aspira?

Además de la victoria, hoy (por ayer) he conseguido arañar unos segundos a los rivales que van octavo y séptimo. Está claro que ya todos vamos con las fuerzas justas y puede haber todavía más cambios. ¿Por qué no voy a mejorar algún puesto más?

¿Qué le motiva más, la cronoescalada o las dos etapas de montaña?

Cualquier día es bueno para sacar algo. La cronoescalada me parece muy bonita, pero las dos etapas de montaña tienen puertos épicos. No quiero descartar ninguna.