bilbao. El Giro está castigando a Bradley Wiggins. El corredor británico, que arrancaba la corsa rosa como máximo favorito para el triunfo final, está pasando un calvario etapa tras etapa. Cuando no es el agua, son los descensos. Cuando no son los descensos, son los rivales. Si no son los rivales, es una caída. Y si no es una caída, es una infección pulmonar. Cada etapa es una tortura para Sir Bradley. El castigo físico y mental al que se somete cada jornada no hace más que alimentar las conjeturas sobre si abandonará la carrera antes de llegar a Brescia.
Ayer, en una etapa que no iba a tener más misterio que ver quién ganaba el sprint, el líder del Sky volvió a encontrarse con la lluvia, que parece tener un efecto kryptoniano en su andamiaje de súper ciclista. Antes de la salida ya señaló que no está pasando un buen momento de salud: "Tengo una infección en el pecho y un resfriado. Afortunadamente en este tipo de etapas, solo hay un poco de la lucha y puedes mantenerte y ocultarte un poco. Ese es el plan para los próximos días. Solo quiero tratar de luchar y espero que dentro de unos días pueda estar bien. La mayoría del equipo ha estado enfermo. Parece durar tres o cuatro días y luego vas mejor".
Pero Wiggins no encontró ese refugio plácido en el pelotón. El frío y la lluvia lo sacó de la pedalada que exigía el grupo de favoritos y en el ascenso al Montello Vittoria, una pequeña dificultad montañosa de cuarta categoría, fue cediendo terreno. En solitario, de riguroso negro y cabizbajo, Wiggins asistía al funeral de su Giro. Si en los últimos días se debatía sobre si el Sky debería apostar por Rigoberto Urán, ayer quedó clara la postura del equipo británico. Wiggins penó en solitario durante muchos kilómetros. Sus compañeros solo acudieron al rescate cuando varios equipos aunaron fuerzas para hacer daño y borrarlo del mapa. Urán se quedó entre los favoritos para mantener viva su baza, pero el resto del equipo tiró de Wiggins, no para devolverlo a la carrera, sino para salvar la honra. Los más de tres minutos y medio que perdió en meta le hunden en la tabla.
tercer triunfo de cavendish Por delante, cuatro fugados intentaron lo imposible. Bajo una lluvia incesante, Felline, De Backer, Lammertink y Belkov rodaron escapados toda la etapa. El pelotón los capturó a quinientos metros escasos de la línea de meta y se pudo celebrar el sprint que todo el mundo buscaba. Muchos lo deseaban, pero nadie fue capaz de inquietar a Mark Cavendish. El velocista de la Isla de Man no tiene rival en este Giro en cuanto a velocidad se refiere y ganó su tercera etapa del presente Giro. Con el de ayer, Cavendish suma un total de 103 victorias desde que debutara en profesionales en 2005.