donostia. En 2010 Euskaltel-Euskadi ganó 17 carreras, más que nunca antes, y lo que fue un gozo tremendo -el éxtasis se vivió en Cotobello, cuando logró Mikel Nieve una victoria que simboliza la unión y la polivalencia del equipo naranja- se ha convertido ahora, a las puertas de la nueva temporada, en un precedente terrorífico que recuerda desengaños pasados. ¿Está el listón de Euskaltel-Euskadi demasiado alto? Igor González de Galdeano, manager del equipo, cree que, efectivamente, igualar la marca de 17 carreras será complicado. Pero matiza. "A cambio, este año nos marcamos otras metas históricas como luchar por ganar la Vuelta, o, por qué no soñar con ello, subir al podio del Tour", dice el manager de Euskaltel-Euskadi, que alaba, más que cualquier cualidad individual de sus corredores, la unión inédita que les fortalece. Galdeano está convencido de que la complicidad entre ellos y, sobre todo, el hecho de que cada corredor haya encontrado su sitio en el engranaje naranja ha favorecido la llegada de los resultados y posibilitará, en 2011, que se mantenga el nivel necesario para alcanzar el éxito en los tres hitos de la temporada: la Vuelta al País Vasco y el podio del Tour que se marca Samuel, y la Vuelta de Antón.
Hay más carreras. Y más corredores. Cuenta Galdeano con el regreso triunfal de Koldo Fernández de Larrea después de su brutal caída en octubre. Y espera el alavés la consagración de Mikel Nieve, un escalador enorme que acompañará a Antón al Giro y a la Vuelta. El Nieve de 2011, la irrupción, vamos, puede ser Pablo Urtasun, a quien Galdeano intuye una progresión espectacular. De Txurruka, en cambio, solo ruega que sea el mismo: "En 2010 dio un nivel impresionante, pero tuvo una mala suerte horrible. Me conformo con que ande tanto como el año pasado". Luego están los jóvenes, los talentosos Romain Sicard, Gorka Izagirre y Jonathan Castroviejo, de los que el alavés espera que sigan progresando y aprendiendo. Que abran los ojos es lo único que quiere de los nuevos, Ion Izagirre y Mikel Landa, dos perlas por pulir aún.