Stybar sienta a Nys
Al checo le basta con un ataque para derribar a laleyenda belga y reconquistar el maillot arco iris
BILBAO. Al final de la séptima vueltaal circuito alemán, más barro quenieve, tanto público como frío, ZdenekStybar, campeón vigente yjoven, 25 años, mira al viejo e inagotableNys y se prepara para propinarleel golpe definitivo, seco yduro como la tierra helada del bosquede Sank tWendel. Todo se acabaen un instante.
Al checo le propulsa la frescura deuna temporada mutilada a principiosde diciembre por una lesión derodilla que le tuvo un mes varado;le quema lo que ha escuchado envísperas del Mundial, “Stybar nodebe ganar un segundo título”; leincentiva la manera en que va a zanjarel asunto, solo ante Nys, la leyendabelga que es un pozo insondablede serenidad y destreza, pero aquien la tunda a la que le ha sometidosu rival checo durante casi trescuartos de hora le ha dejado las piernasmaltratadas.
“Con un ataque fue suficiente”,dijo Stybar, el primer checo quegana dos mundiales, el tercerciclista que lo consigue de formaconsecutiva en la última década-Bart Wellens ganó en 2003 y repitióen 2004; Erwin Vervecken, en2006 y 2007-. “Cuando Stybar acelerósolo me quedó sentarme”,reconoció Nys. La estadística explicala paradoja de la leyenda belga,condenado en el Mundial: el mejorespecialista de la era moderna haestado en siete podios en 12 participaciones,pero solo lo ha ganadouna vez, en 2005. Precisamente enSanktWendel. Precisamente en elcuarto y último triplete belga, elimperio, la jaula de grillos, al queayer, por segundo año consecutivo,destruyó un solo ciclista.
Stybar lo hizo todo y todo de maneraexquisita. Dominó desde el amanecercon un ritmo brutal que dejóa la vista las costuras de, por ejemplo,Niels Albert, lastrado por unapésima salida y un pinchazo, y luegoaguardó paciente mientras en lacabeza se turnaban Bart Wellens,Meeusen, Aernouts, Fontana oWalsleben. La anarquía la aplastóStybar con un ataque en un descenso de la tercera vuelta, más inteligenteque poderoso, al que solo estuvoatento Nys. “Durante toda lacarrera he podido evitar perder laconcentración”. Checo y belga colaboraron.
En apenas vuelta y media,al final de la sexta, el título era unasunto entre ambos. En la séptima,Stybar, que este año correrá en elQuick Step, solucionó la cuestióncon un ataque duro y seco que dejósentado a Nys, físicamente vacío ysentenciado por un pinchazo postreroen la rueda delantera.
Tercero, a más de un minuto, llegóAernouts. Vigésimo a casi tres,José Antonio Hermida, campeóndel mundo de mountain bike, quellegó a rodar décimo sobre el hielohasta que se le saltó la cadena y elpercance le descabalgó del grupo delos elegidos. Un puesto por detrásdel catalán asomó Egoitz Murgoitioen una de las mejores actuacionesde un ciclista vasco desde Seco, a laspuertas del objetivo de concluirentre los 20 mejores que se planteóel de Hirumet antes del Mundial,pese a sufrir un problema en elpedal derecho tras una caída en laséptima vuelta que le retrasó. “Sinla caída hubiera podido mejoraralgo aunque no como para pasar del17 o 18”, dijo el vizcaino. “He estadoal nivel que esperaba y confío enseguir mejorando en próximas campañas.
La temporada no se me estáhaciendo tan larga como la anteriory todavía puedo lograr algún resultadointeresante”.Vigésimo noveno en su mejorMundial acabó Javier Ruiz deLarrinaga, que sufrió, asfixiado,durante las dos primeras vueltas yluego remontó hasta colocarseentre los 30 mejores aunque pinchaseen el último giro. “Me he quitadoal fin la espina del Mundial”,valoró el alavés; “me voy contentoy tranquilo, pero al mismo tiemposoy consciente de que a nivel internacionaltodavía tengo muchascosas que mejorar”.La selección estatal acabó sextapor equipos, lejos de Bélgica, Franciay Chequia; cerca de EstadosUnidos y Alemania; y por encimade Holanda.