BILBAO. Por el artículo 2.2.024, está prohibido el pinganillo en 2011. Lo dice la UCI. Y es un problema más, un campo de batalla a explotar.

Pat McQuaid quiso hacer extensible el veto al transmisor que ya imperaba en los Mundiales y en las pruebas sub"23 a todas las carreras profesionales salvo a las 27 que componen el calendario World Tour con el objetivo de aumentar el espectáculo en las carreras ciclistas y lo que ha logrado es chocar frontalmente con los equipos, que denuncian, de boca de Johan Bruyneel, que es una norma unilateral, hermética, innegociable, y con los corredores, partidarios su mayoría de permitir la radio.

El 7 de enero pasado Jonathan Vaughters y Bruyneel se reunieron en Suiza con los representantes de la UCI para tratar de buscar una solución intermedia al conflicto y se encontraron con que la decisión era poco menos que irrevocable, lo que hizo bramar al belga, que habló de autoritarismo y ausencia de diálogo en un estamento que en esencia, o en teoría, fue creado para unificar al ciclismo internacional.

Ahora es Gianni Bugno, el rival de Indurain en los primeros años de los 90, campeón del mundo en 1991 y 1992, y presidente de la asociación internacional de corredores en la actualidad, el que se ha dirigido por carta a la UCI, a su presidente Pat McQuaid, para que reconsidere su postura y atienda al clamor de ciclistas y equipos.

Bugno está estos días en el Tour de San Luis y desde allí explica a McQuaid que ha podido comprobar a diario las consecuencias de correr sin pinganillo. "He visto día tras día cómo los ciclistas están en serio peligro". Por ello, el italiano pide al presidente de la UCI que le escuche y atienda su petición: una reunión en la que participen todas las asociaciones internacionales y "en la que todos nosotros podamos expresarle a la UCI nuestro diferente punto de vista sobre el asunto y -quizás- hallar una solución mejor".

Anteriormente, la UCI había comunicado que serían sancionados sin excepción todas aquellos que no respetasen la nueva norma.