MADRID. Entrenaba con la bicicleta como complemento a su puesta en acción en la nieve. Sin embargo, su habilidad y fuerza sobre las dos ruedas fue ganando terreno hasta que en 1999 comenzó a disputar algunas pruebas ciclistas profesionales en Noruega.

Ese mismo año participó y ganó el Ringerike Grand Prix (también conocido como Kalas Cup o Norgescup), una carrera ciclista profesional por etapas que se disputa anualmente en Ringerike, Noruega, en el mes de junio, y que consta de cinco etapas y finaliza en la ciudad de Honefoss.

Esa victoria le valió para que al año siguiente, en el año 2000, el equipo francés Credit Agricole le fichara como "llegador". No se equivocó Hushovd al dar el salto al ciclismo profesional y desde el primer momento ofreció victorias a su equipo.

Su extraordinaria fuerza le ha permitido vencer en etapas del Tour, del Giro y de la Vuelta, así como de las más importantes pruebas del calendario internacional en sus diez años de carrera.

Aficionado a la caza, esa paciencia aprendida en el campo le ha permitido a Hushovd saber esperar el momento adecuado para lanzar su ataque final en pos de la línea de meta.

Este mismo año, el 9 de mayo sufrió un accidente durante uno de sus entrenamientos, cerca de San Remo (Italia), rompiéndose la clavícula izquierda tras chocar con una niña, que no sufrió daño alguno.

Sin embargo ese parón no impidió que el 6 de julio conquistara el "infierno del norte", el pavés, en la tercera etapa del Tour de Francia disputada entre Wanze y Arenberg Porte du Hainaut, de 213 kilómetros. Hushovd se soldó a la rueda de Fabian Cancellara cuando lanzó el ataque definitivo e impuso su fuerza final.

En la Vuelta a España, el corredor noruego, abandonó la prueba a falta de una semana, en la localidad de Peñafiel, y tras disputar dieciséis etapas, de las que ganó una, pensando en el Mundial. Lo acertado de su decisión se confirmó hoy.