eNTRECORTADO el aliento, anegado de lactato el andamiaje, asfixiados los pulmones, pero inmensamente feliz en el monte rapado, el que no sabe de vegetación, el del perfil lunar, donde el viento gobierna y parte la cara a los ciclistas que osan retarle, se plantó, impulsado al nirvana, Juanma Garate tras una ascensión majestuosa. Sonrisa eterna en el Mont Ventoux, la cima despiadada. Allí, en las entrañas del Tour, en sus tripas, a Garate le requirió la televisión, idioma universal. A Juanma, aún recuperando el pálpito, le alcanzó el inglés para un mensaje redactado desde el deseo cumplido: "It"s a dream, it"s a dream". Antes y después de su discurso todo fueron gestos: dolientes en la subida, gozosos tras atravesar la meta. Un sueño de julio, del Tour, en una cumbre esculpida por los dioses, los mitos y las leyendas. Fue la de Garate la mejor noticia que dejó el ciclismo vasco, más allá de Samuel Sánchez, segundo en la Vuelta y núcleo de Euskaltel-Euskadi, que cierra el curso con seis triunfos (tres de Koldo Fernández de Larrea, uno de Samu, además del Criterium Ciudad de Oviedo, uno de Astarloza y uno de Antón), de nuevo emborronado por el dopaje con los positivos de Iñigo Landaluze y Mikel Astarloza. El primero aceptó su culpa y abandonó el ciclismo en silencio, mientras que el pasaitarra pelea aún a viva voz por su inocencia después de vencer una etapa de la ronda gala. Días después de aquella explosión jubilosa un directo impactó en Astarloza, convencido de que no ha recurrido a la trampa, y en la línea de flotación de Euskaltel-Euskadi, en la encrucijada tras el anuncio del Gobierno vasco de que retirarán su apoyo en caso de producirse un nuevo positivo el siguiente curso.
piernas para el porvenir En la edad de la inocencia pedalean todavía los otros destellos que se alistarán en la escuadra naranja, que tiene garantizada la continuidad en 2010, la próxima campaña, y auguran, a nada que continúe su lógico crecimiento, un fantástico porvenir: Romain Sicard y Jonathan Castroviejo. El de Hazparne, el ciclista que prefirió la bicicleta a la tabla de surf, que demarró para continuar el rastro de Thierry Elissalde, el primer corredor de Iparralde presente en la embrionaria escuadra vasca, se proclamó campeón del mundo sub"23 en ruta en Mendrisio en el cierre de campaña tras una contundente demostración. La misma que le impulsó a conquistar el Tour de Porvenir, la ronda más prestigiosa para jóvenes y meritorios. Algo así como un pasaporte dorado.
Mostró sobre ese mismo escenario, el del Porvenir, aptitudes Jonathan Castroviejo, compañero de Sicard en el Orbea. El getxotarra y Romain se presentan como los dorsales que deberán trazar las líneas maestras del ciclismo vasco en los próximos años para que el sueño de Garate en el Mont Ventoux, la colina desnuda, se sienta arropado.