Josu Chueca Intxusta presenta en Itsasmuseum el libro ‘Los 2.000 del Winnipeg. Diario de a bordo’
Entre el público, familiares de las personas refugiadas que llegaron a Chile en 1939 y que editaron un diario durante la singladura
El historiador Josu Chueca Intxusta presentaba ayer en el auditorio de Itsasmuseum Bilbao el libro Los 2.000 del Winnipeg. Diario de a bordo. Sus páginas relatan una odisea que relaciona a Pablo Neruda, quien aportó para el flete, el Partido Comunista de Francia, el final de la Guerra Civil, la inminencia de la II Guerra Mundial y las vidas de más de 2.500 personas refugiadas que tardaron 26 días en cruzar el Atlántico entre Pauillac (Francia) y Valparaiso (Chile). Una singladura entre el horror de la guerra y la paz. Entre la persecución y la esperanza. Y lo lograron en un barco que navegó contra el olvido, el mercante Winnipeg.
Relacionadas
Aunque el autor se encontraba sobre el estrado, el protagonismo se sentaba ante él. Entre el público se contaba, por ejemplo, Edurne Bilbao, hija de uno de los pasajeros que embarcó aquel 4 de agosto de 1939, José Bilbao. Acompañaban a Edurne Luis María Larrieta e Itziar Hormaetxe, hija de Sabiniano Hormaetxe y sobrina de Andoni Hormaetxe, gudari de Zamudio que, tras la guerra, se enroló en la resistencia antifranquista hasta que cruzó la frontera en 1944, entró en el Batallón Gernika y combatió a los nazis.
Asistió también el actor y productor bilbaino Josu Ormaetxe. “El cuñado de mi padre iba en el Winnipeg, además de la madre de mis primas. Y mi prima chilena”.
Estaban también Idoia y Ane Miren Zabala, originarias de Goikoelejea (Larrabetzu) y nietas del refugiado Román Loroño Arteaga, hermano del famoso ciclista Jesús Loroño y primo del no menos conocido músico y acordeonista Josu Loroño.
Y Laura y Jessica Pino, aunque no descendientes directas, relacionadas con el republicano barakaldarra Máximo Morales, involuntario viajero en el Winnipeg.
Navegaron contra el olvido. Lo lograron porque editaron un periódico desde la cuarta jornada de singladura. “Es una historia muy bonita. Otros barcos contaban con una multicopista y podían tirar muchos ejemplares; pero en este, la máquina de escribir era la que funcionaba como linotipia. Publicaban seis ejemplares de cada número usando papel carbón y papel cebolla”. Y los pegaban en los mamparos del buque para que fueran leídos.
El libro recupera todos los ejemplares del periódico editado a bordo del Winnipeg. Tras una ardua investigación, Chueca Intxusta, doctor en Historia Contemporánea por la EHU, localizó los originales en los archivos nacionales de París.
“Tener a estas personas relacionadas con el Winnipeg aquí me produce alegría, sobre todo porque ven que se recupera su historia. Normalmente estos relatos han quedado limitados al ámbito familiar; se sabe que se produjo un gran exilio, pero ignoramos sus vicisitudes y consecuencias”, aseguró.
Acompañaron al autor, Juan Ramón Garai, de Intxorta 1937 Kultur Elkartea, entidad editora de la obra, y el director de Itsasmuseum, Jon Ruigómez; así como el historiador chileno Roberto Fuertes, coordinador del Comité Chileno para Museos en Memoria de Víctimas de Crímenes Públicos. y su compatriota Cecilia Zabaleta. La artista chilena es quien ha creado las obras que forman parte de la exposición de Itsasmuseum Diario de A bordo. Cartografía interior. Reúne facsímiles originales del periódico editado en el Winnipeg con collages, intervenciones cartográficas, siluetas humanas y una pieza audiovisual que habla del proceso creativo y contiene citas y fotografías de la época. Estará abierta hasta el 7 de noviembre con entrada libre.
Se acercaron a la presentación Jon Iñarra, de Intxorta 1937; Ester Urbina , presidenta de Oroituz, con Constan Villanueva; Arantza Alonso, Concha Fernández, Javier Velasco o María del Mar Pardo.
Libro y exposición cuentan con el apoyo de Gogora, Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno vasco.