Flagelaba la calle una temperatura de samba. O de country sureño, si no de los Beach Boys. Pedía la inclemente solana incluso arrancarse por bulerías. Eso, lo menos. Pero en Jazzon Aretoa se estaba fresquito, a oscuras y escuchando jazz del bueno. Dos saxos enhebrándose a una velocidad increíble. Duelo de batería y contrabajo. Un invitado especial que se sumaba a los teclados. Al cuarto de hora de escuchar un bebop de primera, cualquiera se sentía transportado a un festival nórdico. Por el saber hacer de los instrumentistas, el respeto reverencial de la parroquia y el excelente trabajo del aire acondicionado.
El concierto correspondía al ciclo Impulso de Jazzon Aretoa. Explicó Gorka Reino, programador de la sala, que se trata de “uno de los dos ciclos de músicos residentes: aceptamos cuatro proyectos al año, cada uno toca una vez al mes; concluye el próximo viernes 27 de junio”. Comenzaron en enero.
Así que el de ayer era el último concierto de Pablo Maza Quartet, ya que el próximo viernes será el turno de Beltrán del Alamo Group. Los otros dos conjuntos residentes este 2025 han sido Velasco Quartet y Adela Green Project.
Mucha gente vinculada a las partituras y las jam sessions entre el entendido público. Por ejemplo, el pianista David Cid, que subió al escenario a tocar un par de temas. O la joven cantante Marta Marín, que protagonizará uno de los conciertos de jazz al aire libre del Guggenheim a mediados de julio. Se sentaron muy cerca del escenario, como para no perderse detalle de los movimientos de los maestros, Alex Marrón, Pedro Moreno, Katherina Martín con su violín y María Contreras. Todos multiinstrumentistas, salvo Alex. “Yo solo toco el piano”, dijo como con pesar. Solo. Son 88 teclas y tres pedales. No parece poco.
De los Países Bajos llegaron Elsa Zijmans y Peter Smid. También se encontraban en Jazzon, entre otras personas, Jorge Reinoso y Berta Bustillo, pareja aficionada al jazz, y los debutantes Haizea Ibaceta y Adrián Oubiña, que lucían un par de cócteles sobre la mesita. De la música que interpretaron Pablo Maza, Jorge Sánchez, Adrián Banega y David Lizarraga, también disfrutaron Juana Esparza, Jon Garay o Tato Gracia.
Jazzon, en Urazurrutia, junto al puente de San Antón, es uno de esos locales que añade una pequeña barra en el exterior de la sala de conciertos. Siempre se agradece. Mucho más en estas fechas. La gobierna Artxon Gorostidi. Tiene uno de esos dispensadores de vidrio lleno de agua helada con zumo de limón. Tan fresco como el jazz. Dentro, el cuarteto se aplicó a tocar su versión de un tema del saxofonista neoyorquino Dayna Stephens. Era como acercarse a un ventilador que extiende todo el aire de la Gran Manzana cargado de música ¿Se puede pedir más para un tórrido viernes bilbaino?