SI el arte de la segunda mitad del siglo XX hubiera sido el Lejano Oeste, Helen Frankethaler sería la Calamity Jane del territorio de la creación. Exploró fronteras desconocidas, descubrió nuevas llanuras y jamás permitió que le vallaran una pradera. Rodeada por salvajes y cowboys como Anthony Caro, Morris Louis, Kenneth Noland, Jackson Pollock, Mark Rothko o Robert Motherwell, que fuera su marido, Helen jamás renunció a su vocación de pintar, empapar o manchar primero y preguntar después. La nueva exposición del Guggenheim resume medio siglo de arte de vanguardia en 30 obras.

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La retrospectiva sobre la artista Helen Frankenthaler estará en el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 28 de septiembre (16).zip

Su inauguración fue la primera que encabezó la nueva directora general, Miren Arzalluz. En euskera y castellano, Arzalluz reconoció la emoción de debut, agradeció el patrocinio de la Fundación del BBVA en la persona de su presidente, Rafael Pardo, así como el compromiso de las instituciones públicas con el museo. Dio las gracias a la Helen Frankenthaler Foundation y a la Fondazione Palazzo Strozzi, así como al comisario de la muestra, Douglas Dreishpoon. La nueva directora aseguró admirar ya el trabajo del equipo del museo, que le brindó una “cálida acogida”, así como el “inestimable apoyo de quien es un referente, Juan Ignacio Vidarte”. El anterior director general, por primera vez simple invitado, escuchó una sonora salva de aplausos apoyado en un gruesa columna y refugiado tras su traje azul oscuro con corbata verde primavera.

Acudieron al acto, Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao; Ibone Bengoetxea, vicelehendakari primera; el consejero Bingen Zupiria; Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales; Leixuri Arrizabalaga, diputada foral; o el viceconsejero Andoni Iturbe. Estuvieron presentes, Elisabeth Smith, directora ejecutiva de Helen Frankenthaler Foundation; Lise Motherwell, presidenta del patronato de la citada fundación; Arturo Galansino, director de la Fondazione Palazzo Strozzi; Jason Ysenberg, director de la galería Gagosian; Anita Hadelmann, directora adjunta del Kuntsmuseum Basel; o Jon Azua, de la Solomon R. Guggenheim Foundation. Les acompañaron Irene Abascal, Pilar Aresti, Rafael Orbegozo, Ana San José o Alfonso Icaza.

Asistieron, el exalcalde de Bilbao Ibon Areso; el concejal Gonzalo Olabarria; el edil getxoztarra Joaquín Elorza; parlamentarios como Lorea Bilbao, Oihane Etxebarrieta e Ikoitz Arrese; la juntera Raquel González; el cónsul honorario de Suecia, Javier Font; la historiadora María Jesús Cava; o el presidente de Euskaltel, Jon Ander de las Fuentes, con María Ortiz de Latierro.

No faltaron Dori Ripa, Juan Antonio Unzalu, Juana Buerba, Carmen Aurtenetxea con Ignacio Allika, Alvaro Díaz de Lezana, Susana Martínez o Cruz y Amparo Moreno.

Frankenthaler (1928-2011) nació, como Donald Trump, en Nueva York. Pero no conocía ni vallas ni aranceles. Solo buscaba la belleza.