Es una lucha a brazo partido, una batalla contra el mal que merece muchos otros brazos más. Todos los que se pueda. Les hablo del cara a cara en el que participan, desde hace décadas ya, la asociación de padres y madres de niños, niñas y adolescentes con cáncer de Bizkaia, Aspanovas, que acaba de cumplir su 35 aniversario. Lo preferible es que no fuese necesaria su pugna, lo admirable, que no tienen desmayo y siguen, y siguen, y siguen... Acaban de darse un respiro, si es que puede decirse así, en la sala BBK, donde han celebrado el acto de conmemoración de su 35 aniversario, con la colaboración de Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao y Obra Social de BBK. Buenos brazos, sí.

Bajo el lema 35 años cuidando y acompañando a las familias, el objetivo de este encuentro fue el de agradecer a la sociedad vasca su apoyo y visibilizar las necesidades que tienen para cuidar más y mejor a las familias. Echemos un vistazo a la cronología y a las frías cifras que de vez en cuando reconfortan con un poco de calor. Aspanovas nació en el año 1989 para ayudar a las familias, darles apoyo emocional y para conseguir la mejor atención sanitaria y recursos para los menores y sus familias. Se ha consolidado como una entidad referente en el ámbito del cáncer infantil y adolescente realizando una labor ejemplar con profesionalidad y humanidad. En estos 35 años han atendido a más de 2.000 familias y anualmente ofrecen servicios y recursos a 200 familias.

Fue un encuentro electrificado por el rayo de la emoción. Al mismo, celebrado en la sala BBK y presentado por Asier Sánchez y Soraya Vegas, acudieron autoridades de la talla de Alberto Martínez, consejero de Salud, la presidenta de Aspanovas, María José Martínez; la coordinadora de la entidad, Ainhoa Fernández, Marian Olabarrieta, directora de Servicios Sociales de Gobierno vasco; Amaia Antxustegi, diputada de Acción Social y Juan Ibarretxe, concejal de Acción Social de Bilbao, además de Mari Luz Marqués, gerente del Hospital de Cruces; Maite de Iturrate, directora general de Administración y Promoción Social de Diputación foral de Bizkaia; Andoni Goikoetxea, en nombre de la Fundación Atheltic, Beatriz Marcos, Maitane Rodríguez, Alba Ortiz, Marta Fernández Rivera, desviviéndose para que todo fluyese, María Jesús Nicuesa, Asier Fernández, Mikel Mendikoetxea y Naiara Arrieta entre otros.

Sólo con imaginarlo, uno ya tiene la sensación de que es un mundo donde los horrores del sufrimiento se entremezclan y suavizan con los quehaceres de quienes se ponen en frente. Lo más destacado de lo extraíble de la gala, además de los abrazos, fue la Mesa de Diálogos, los testimonios de Zhiara Markinez, adolescente con cáncer; Felipe do Santos, aita de un niño de 2 años de edad con cáncer, (es usuario del piso de acogida que tiene Aspanovas para familias que se desplazan desde fuera para poder acompañar a sus hijos en los tratamientos); Nereida Barikarte, ama de un niño, Ekai, fallecido hace 3 años y Ane Bretón, superviviente de cáncer con 25 años. Desataron la congoja, el asombro y la esperanza (el escalofrío de la emoción, en suma...) al compartir mensajes positivos pero sin restar la dureza del cáncer, del impacto del diagnóstico.

Les escucharon con atención Janire Barrio, Begoña Elena, Ane Elorza, Xabier Leizea, junto a la pequeña Ane Leizea; Ana Bizkarraga, Marta Torrealday, Lutxi Calvo, Álvaro Parro, de Laboral Kutxa; Mireia Rekagorri, Alicia Fernández y mucha otra gente que se conmovió con la lectura de un fragmento del libro Bailando sobre la lluvia y una actuación musical de las cantantes Ane Falagan y Onditz Ugarte que interpretaron la canción Ausartak que alcanzó el alma de los presentes. La vivida fue toda una experiencia. El día a día que no cesa es otro cantar.