Cuántas vidas pueden cruzarse en el camino a lo largo de todo un siglo? Incontables. O no. En un tres en uno tan hermoso como emotivo, el Museo de Bellas Artes de Bilbao que dirige Miguel Zugaza vivió ayer una tarde de festejos y celebraciones, con la gente abarrotándolo todo y encantándose con lo visto. A lo largo del mes de junio se han encadenado tres exposiciones de lujo. Con Entreacto conmemora el centenario de la creación del Museo de Arte Moderno de Bilbao por parte de Aurelio Arteta y su trayectoria hasta integrarse en el Museo de Bellas Artes; la familia Sota, que reconstruye otro episodio histórico de gran trascendencia para el tejido artístico vasco: la colección y el mecenazgo de la familia del empresario bilbaino Ramón de la Sota (el extraordinario Vuelo de brujas de Francisco de Goya, cedido para la ocasión por el Museo del Prado, actuó como un eje cronológico...) y por último, el cara a cara entre Eduardo Chillida y Godofredo Ortega Muñoz. Las tres exposiciones, vistas de manera encadenada, son toda una belleza.
Ayer recorrió esas tierras una multitud a base de visitas guiadas –hubo dos turnos y aún así las salas se arremolinaron...– con un cóctel de campeonato en los jardines. De todo ello disfrutaron Carmen Gómez, de la Fundación Godofredo Ortega; Luis Chillida, Ramón de la Sota, la vicelehendakari Ibone Bengoetxea a quien le cayó encima una lluvia de parabienes; la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, Leixuri Arrizabalaga, Gonzalo Olabarria; el director general de BBK, Gorka Martínez; Javier González Durana, que fue quien propuso el cara a cara entre Chillida y Godofredo; Txema de la Sota, Javier de la Sota, Mikel Chillida, el director de cine Pedro Olea; el consejero Bingen Zupiria, a quien Miguel Zugaza le agradeció su trabajo por la cultura vasca; Oihane Galdona, Rafael Orbegozo, Teresa Ampuero, Ane Gomeza, Jon Ruigómez, director de Itsasmuseum; Álvaro y Luis Javier Díez de Lezana, Begoña Atxalandabaso, José Julián Bakedano, Luis Eguiluz; el notario bibliófilo José María Arrriola, Rosa Lerchundi, Gerardo Elorriaga, Mikel Zubia, Venancio Echevarría y una legión de nombres propios que no perdieron la ocasión para el disfrute.
La gente iba y venía de sala en sala y tampoco quitaban el ojo al jardín. Allí se encontraron el presidente de la Sociedad Bilbaina, Juan Goiria, Reyes Villanueva, el galerista Roberto Sáenz de Gorbea, Catalina Olabarri, José Ramón Urizar, Teresa Querejazu, Lorea Bilbao, el pintor Anton Hurtado, Miren Troya, Raquel González, Eduardo Andrade, Esteban Goti; la galerista original, Emilia Epelde, Martin López, Ana Román, el artista Javier Balda, Jone Miner, el artista Edu López, Belén Greaves, Patricia Fernández, Maite Agirre, el profesor de la UPV/EHU Mikel Onandia, Mirian Alzuri, Javier Novo, Marta García Maruri, y así hasta poblar la tarde de curiosidad.