FLORENCE Nightingale fue la creadora del primer modelo conceptual de enfermería. Aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la estadística sanitaria. Cimentó las bases de la profesionalización de la enfermería. Formó la primera escuela laica de esta especialidad en el hospital Saint Thomas de Londres, allá por 1860. Inspiró a Henry Dunant, el filántropo suizo que fundó la Cruz Roja. La estirpe de Forence ha cuidado de las personas desde entonces. Ella nació el 12 de mayo de 1820. Y los colegios de enfermería conmemoran esa fecha.

Ayer, el Colegio de Enfermería de Bizkaia organizó un encuentro con premios y conferencia en Euskalduna Bilbao. Acudieron cerca de 600 enfermeras y enfermeros. Pudieron ser el doble. O más. Pero siempre hay gente del oficio atendiendo, socorriendo, curando o escuchando a quienes lo precisan.

Abrió el evento la presidenta, María José García Etxaniz con saludos, agradecimientos y un mensaje. “Como enfermeras y enfermeros, somos una fuerza vital y esencial para la salud, si bien los sistemas sanitarios en todo el mundo se quedan cortos con frecuencia y fallan a la hora de valorar, proteger, respetar e invertir en nuestra capacidad para cuidar la salud de la sociedad”.

Recibieron los Premios Vicenta López Echevarría a trabajos de enfermería Javier González, del INSS, por Enfermería del Trabajo: realidades y desafíos; y Arantza Picón y Sendoa Ballesteros, de enfermería del Hospital de Santa Marina, por La experiencia de la persona cuidadora no profesional del paciente con enfermedad crónica.

Mbaye Gil Sánchez, presidente y fundador de Sunu Gaal, disertó sobre El papel de la enfermería en la cooperación al desarrollo: cooperar para cuidar y cuidar para cooperar. Senegalés de nacimiento, Mbaye cruzó el estrecho en patera siendo un adolescente. Ahora traba en el Hospital de Basurto. En su conferencia, respecto a la práctica del volunturismo, término que alude a la práctica de viajes en los países de menor renta per cápita en los que se compagina el turismo con alguna acción puntual de ayuda, destacó que “daña la imagen del voluntariado enfermero” antes de recalcar que “la enfermería juega un papel vital en la cooperación”.

Entre quienes escuchaban al orador se contaban Inmaculada Moro, subdirectora de Enfermería de Osakidetza; Verónica Tíscar y Baltasar Gómez, presidenta y vicepresidente de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia; Isabel Malmierca, directora de Enfermería del Hospital de Basurto; Josefina Arana, directora de Enfermería del Hospital San Eloy; Itziar Larrea, directora gerente del Hospital Santa Marina; Nerea Aperribai, directora de Enfermería del Hospital Urduliz; Estibalitz Cabezón, directora de Enfermería del IMQ; Inmaculada Amenós, directora de Enfermería del Hospital Quirónsalud Bizkaia; Marian Lanzagorta, directora de Enfermería del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi; Amaya Mayor y José Antonio de Léniz, de SATSE; o el doctor en enfermería José Ramón Sánchez, de la Universidad de Deusto.

También acudieron Agurtzane Pascual, Estíbaliz García, Ameli García, Txaro Fuentes, Itziar Hoyos, María Luisa Oreja, María del Mar Salvadores, Ana Mateos, Mari Mar Crespo, Laura Pomposo, Lucía Irizar, Nerea del Pino, Marian Olabarrieta, Pilar Sáez, Maite Prieto, Olga González, Zuriñe Narezo, María Tejedor,Idoia Beramendi, Carmen Araiko; el enfermero y padre de enfermeras, Cristobal Hernáez, con Teresa Pollán; Elena Sagasti y Estibaliz Aldamiz, madre e hija, ambas enfermeras; o Marisol y Txaro Uliarte, hermanas y enfermeras.

Forence, la Dama de la Lámpara, como era conocida, fue estadística, escritora, política y profesora. Pero, sobre todo, enfermera. Una mujer total. Quienes se reconocen de su estirpe también lo son.