YER, sábado de Carnaval, fue uno de esos días en que la propia calle parece un gran escenario. En los vagones del Metro costaba distinguir las personas que iban caracterizadas de las que simplemente se habían excedido en el entusiasmo al arreglarse para salir de casa.

Bien, pues a pesar del tirón festivo, del inusual buen tiempo y de tratarse de fin de semana, la compañía vizcaína Marie de Jongh convocó mucho público para el estreno absoluto de su AMA, la terrible belleza.

Flotaba en el aire del atrio del Teatro Barakaldo esa expectación que anuncia que una obra está a punto de romper un techo de cristal: el que conduce al éxito mayoritario. Eso a pesar de parecer destinada a consagrarse como función de culto.

Gorka Gardeazabal, que asistió con Ana Molina y Ricardo Padilla, de Nexo Teatro, aseguraba que había tenido la suerte de asistir a uno de los ensayos con público y que se trata de “algo magnífico, todo un hallazgo la máscara cero, genial”.

Nagore Navarro, ayudante de producción de Marie de Jongh, relataba que habían disfrutado de una “residencia durante julio en el teatro Barakaldo para poder trabajar con luces y publico”. Maduraron antes la creación de Jokin Oregi en su pabellón industrial de Derio, en la localidad francesa de Aviñón y en el centro Arrobia de Otxarkoaga.

Actrices y actores permitieron algo poco habitual: una foto previa a la función sobre las mismas tablas. Más infrecuente aún tratándose de un estreno. Se mostraban tranquilos y alegres a la vez. Formaron una piña, como un equipo deportivo que aguarda el pitido inicial del árbitro.

Además de Oregi y Navarro, se animaban mutuamente Amets Ibarra, Maitane Sarralde, Joseba Uribarri, Ana Martínez y Anduriña Zurrutuza, además de la ayudante de dirección, Ana Meabe; la escenógrafa, Elisa Sanz; y el responsable de producción ejecutiva, Pío Ortíz de Pinedo. Lamentaban la ausencia del joven compositor bilbaino Adrián García de los Ojos, autor de las “muy importantes” músicas, a quien calificaron de “supertalentoso”.

Subrayaba la importancia del evento la presencia del consejero de Cultura del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, así como de la directora general de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, Begoña de Ibarra. Ambos cargos públicos fueron recibidos por la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo; el concejal de Deportes, Iñigo Asensio; la concejala de Mujer, Rakel Olalla; y la directora del teatro, Ana López.

Aguardaban la apertura de puertas a los pies de la escalinata de acceso María Pilar, Paula y Belén Euba, María José Ingunza, José Ibarzabal, Íñigo y Garazi Gorospe, Asier Cámara, Zigor Gerediaga, Ayelen Ormaeche y Euken Renobales.

Apareció, con media docena de tulipanes blancos para la actriz Amets Ibarra, Nahia Sillero. “Es la costumbre”, explicó. Con ella, Libe Estebaranz, Miriam Pulido Arocena y Vanesa Aparicio.

Hacían tiempo para acceder a la platea el belga Martin Bangeenhoven, la segoviana Yoraima Reijat Montes, Inés Vaquero, Nell Aguado, y Asier Muñoz.

La coreógrafa Eva Guerrero, directora de la compañía de danza que lleva su nombre, y la productora Junima Cano revelaron que también habían podido realizar ensayos en el Teatro Barakaldo de un montaje que estrenarían en noviembre próximo. Ambas charlaron con dos de los muchos amigos de la institución escénica fabril, Arturo Antón y Luis Miguel Carpio.

Marie de Jongh atesora premios desde la puesta en escena de su primera obra en 2008. Entre ellos, un par de los prestigiosos Max. Casi siempre, son propuestas en las que no se emplea la voz y en las que prima el trabajo corporal. A menudo, con máscaras. Nunca aclaran si las suyas son funciones de niños para adultos o al revés. Tras el estreno, AMA pasará por el Arriaga

La premiada compañía bilbaina Marie de Jongh eligió el Teatro Barakaldo para el estreno absoluto de su última obra: ‘AMA’

Entre las personalidades, el consejero Bingen Zupiria, la directora foral Begoña Ibarra y la alcaldesa, Amaia del Campo