N esta primavera de marzo florecen las buenas ideas. Ante nosotros se presenta ahora una de ellas que ha brotado en la tierra fértil del club cultural Por Amor al Arte, donde ayer se vivió una tarde de cosechas. Sucedió donde acostumbra, en el espacio Yimby de la calle Ercilla, donde Marian Sandoval, Iratxe Narváez y Ainhoa Maestro mueven los hilos con pericia. ¿Qué idea fue esa? Propiciar un encuentro entre las emprendedoras Iranzu Guijarro y Laura Díez, impulsoras de la iniciativa Artoteka,y la artista Saioa Olmo, todo ello bien sembrado por la mano diestra de la escritora y periodista Itxaso Elorduy. Fue una cita con atractivo.

Propusieron un encuentro entre la mujer y el arte en medio del puente, como antaño se cruzaban los espías de valor al anochecer, entre la creatividad de una idea y la expresión original de una artista o viceversa, la creatividad de la artista y la originalidad de la idea. El guion del encuentro era sencillo: cantar y contar el papel innovador de la mujer en el mundo del arte. Esa fue el epicentro de un encuentro temblón de emociones, un terremoto cultural de alto voltaje en esa peculiar escala Richter que mide, para la ocasión, los grados de interés de la cita... ¡Casi se rompe el sismógrafo!

Entremos en materia y descripciones. La idea que defendieron Iranzu y Laura tiene su aquel, su punto conquistador. Digamos que Artoteka es una suerte de biblioteca infinita, donde, en lugar de libros, uno pudiera pedir prestada una obra de arte contemporáneo y llevársela a casa durante un tiempo. Al cabo del periodo de préstamo, la devuelves y la cambias por otra. Y así, hasta cuando uno quiera. Como cuando uno escoge una película en Netflix, pongamos por caso. Está inspirado en las Arthoteques francesas. Toda una virguería que hace malabares, para redondear la idea, con los precios económicos que tanta falta hacen estos días.

A Laura se le escuchó decir algo así como "nosotras conocemos muy bien el contexto del arte, sobre todo local, y hemos ido cocreando el proyecto en conversación con los artistas y con agentes culturales, detectando qué problemáticas y necesidades tenían. Y una de esas problemáticas es la precariedad económica". Es todo un acierto en los tiempos que vuelan.

La colección está formada por treinta obras de diez artistas -Helena Goñi, Belén Cerezo, Juana García-Pozuelo, Raquel Meyers, Raisa Álava, Victoria Ascaso, Raquel Asensi, Mawatres, Tunipanea y la ya citada, por protagonista de ayer, Saioa Olmo...-,ordenadas por temáticas y con información adicional sobre la vida y obra de cada autora. Por el momento son solo artistas locales, tanto emergentes como de media carrera. En el futuro, ya se verá.

El arte de Saioa es singular cien por cien, casi indescriptible para los profanos como quien suscribe. Quizás por eso la tarde arrancó con una proyección que recogió el trabajo de la artista Saioa Olmo y continuó con una charla con las creadoras de Artoteka, que explicaron el proyecto ya descrito. Hubo expectación de la buena en un encuentro que fue retransmitido por streaming, ofrecido por Media Attack. Una forma de narrar para los nuevos tiempos, como bien saben.

Al filo de las 7.00 de la tarde fueron llegando al espacio Yimby buena parte de los y las asistentes. Entre ellos se encontraban la diputada de Cultura, Lorea Bilbao; Begoña de Ibarra, directora general de Cultura; la cónsul belga, Sylvie Lagneaux; Yolanda Fernández, Aintzane de Luna, Javier Pino, Virginia López, Iziar Garaiko o Mercedes Núñez entre otro puñadito de gente interesada en seguir de cerca ese vínculo que hermana el arte y la mujer. Fue una distracción para toda la concurrencia que se acercó a la cita vivida con intensidad en torno a la figura de la mujer y las artes. No tengan duda de eso.

El espacio Yimby activa su club cultural Por Amor al Arte en torno a la mujer y su vínculo con la innovación en el mundo del arte

Itxaso Elorduy modera un encuentro entre la artista Saioa Olmo y las emprendedoras de Artoteka, Iranzu Guijarro y Laura Díez