ISTOS sus conocimientos y saberes, vista la fuerza de voluntad, aplicada como una energía imparable en los muy variados campos científicos y tecnológicos, habrá que decir que sí, que son ellas. Aquellas que conducen la ciencia que abre paso. ¿Quiénes son ellas?, preguntarán no sin razón. Les hablo de Laura Lechuga, en categoría senior, y Susana Ladra, en la joven, ganadoras ambas del premio Ada Byron a la Mujer Tecnólogo que se entregó en el marco de la octava edición de ForoTech que coordina Cristina Giménez Elorriaga, y que busca visibilizar el trabajo femenino en el campo científico y tecnológico.

Antes de proseguir con la narración de lo sucedido ayer en el paraninfo de la Universidad de Deusto, punto de encuentro para darle cuerda a ceremonia de reconocimiento de las dos mujeres, les diré que Lady Lovelace, sobrenombre con el que se conocía a la propia Ada Bayron, fue una matemática, informática y escritora británica, célebre sobre todo por su trabajo acerca de la calculadora de uso general de Charles Babbage, la denominada máquina analítica. Entre sus notas sobre la máquina, se encuentra lo que se reconoce hoy como el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, por lo que se la considera como la primera programadora de ordenadores. Vista semejante trayectoria en el siglo XIX no pueden negarle justicia al nombre del galardón.

Prosigamos. Hehas todas las salvaguardas sanitarias y cumplidos todos los protocolos de saludo, el rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert, dio la bievenida y abrió el acto. "Trabajamos lo científico y lo simbólico. Hoy premiamos a dos grandes mujeres contribuyendo a abrir nuevos caminos", dijo. Llevaba razón. No en vano, Laura Lechuga es licenciada en Ciencias Químicas y dirige el Grupo de Biosensores y Aplicaciones Bioanáliticas en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2). Además, coordina uno de los proyectos europeos para el estudio del covid-19. Durante su charla, recordó el camino que ha recorrido, como investigadora e innovadora. "Ha sido largo y difícil, pero fructífero". Reivindicó el papel de la mujer en ciencia y su activismo contra la discriminación. Para la joven Susana Ladra también llovieron los elogios. La joven ingeniera y doctora en Informática, y graduada en Matemáticas, afirmó que "no es que las chicas no estudian ingeniería porque no les gusta, no, eso no es así, no la estudian porque no la conocen, debemos introducir la ciencia y la tecnología porque sin ciencia no hay futuro y sin científicas ni tecnólogas, tampoco".

A la hora de los discursos, el decano Asier Perallos apostó por avanzar en la igualdad, una paridad que hoy más que nunca es necesaria en los grados y dobles grados en Ingeniería. En el acto también participó Montse Pardo, directora de Relaciones Institucionales de Microsoft Ibérica, quien lanzó el reto de que las mujeres inventen en tecnología. La consejera Beatriz Artolazabal, la diputada Teresa Laespada o la directorade Emakunde, Izaskun Landaida, se sumaron al coro de voces revindicativas.

A la relevante cita tampoco faltaron Gonzalo Meseguer, Adolfo Morais, Nerea Aranguren, directora de Innovación de DanobatGroup; Miren Artaraz, Víctor Urcelay; el decano de Deusto Bussines School, Álvaro de la Rica, Garbiñe Henry Moreno, Susana González, Patricia Campelo, Rosa Santibáñez, Agustín Garmendia, Gema Bizkarrondo,Javier López Ariztegi, Ane Miren Ibáñez, Amaia Domingo, Javier Garcinuño, Jesús Riaño, Iraia Monteagudo, Pablo García Bringas, Itxaso Muñiz, Kontxi Claver, Juanjo Fuertes, Javier García Zubia, Jon Legarda, Ana Larizgoitia y toda una promoción digna de ver, habida cuenta que vivimos un tiempo de numerus clausus en las asistencias a actos.

Laura Lechuga, en categoría senior, y Susana Ladra, en la joven, recogen el premio Ada Byron a la Mujer Tecnólogo

La ceremonia tuvo lugar en el paraninfo de la Universidad de Deusto en el marco de la octava edición de ForoTech