DE la imaginación de aquel hombre sobrio y parco en palabras brotaban manantiales de realismo mágico, un surrealismo inmerso en la naturaleza y un mensaje socarrón e irónico. Como si todo lo que tuviese que decir en vida Vicente Ameztoy (Donostia, 1946-2001) lo hubiese dicho a través de su obra. Cuentan los estudiosos de este artista figurativo y misterioso que su recuerdo cayó en el olvido tiempo atrás. No se puede decir eso de ayer mismo, cuando el Museo de Bellas Artes de Bilbao se abarrotó de visitantes que se acercaron a disfrutar con la primera gran retrospectiva del artista compuesta por casi un centenar de obras, entre las que destacan 53 pinturas, treinta dibujos y seis cajas con collages, que busca dar a conocer al público vasco el imaginario de una creación que arrancó en 1968 y concluyó en 2001, poco antes de su fallecimiento.

Sobre su figura se han volcado los dos comisarios de la exposición, Javier Viar y Miriam Alzuri, quienes recordaba, sotto voce, la reciente visita del pintor Antonio López, quien en su primera etapa, en los años 60, fue una de las principales influencias del pintor donostiarra, junto con el surrealismo de Magritte. Junto al comisariado, el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, fue el encargado de darle la bienvenida al recuerdo de este ingenioso artista, acompañado por la viuda del artista, Virginia Montenegro; el director del Museo de Bellas Artes, Miguel Zugaza; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; el presidente de BBK, Xabier Sagredo, y el director general de la entidad, Gorka Martínez; el director general de Editorial Iparraguirre, Javier Andrés, Begoña Marañón, Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes de Madrid; Lorea Bilbao, Ana Otadui, presidenta de Juntas Generales de Bizkaia; Gonzalo Olabarria, Gotzone Sagardui, Isabel Muela, Vicente Reyes, Andoni Iturbe, Joxean Muñoz, Rafa Orbegozo, Emiliano López Achurra, Antonio Barandiaran y un largo etcétera de gente que pobló el museo hasta las cartolas.

emocionante “Emocionante”. Ese fue el adjetivo más repetido entre la concurrencia. A la cita no faltaron Jesús Mari Lazkano, Ana Elordui, José Antonio Ardanza, María José Darriba, el galerista Juan Manuel Lumbreras, José Julián Bakedano, Roberto Sáez de Gorbea, Javier Novo, Garazi Arrizabalaga, Alessandro Pomes, Arantza Díaz, Beñat Arginzoniz, José Fernández de la Sota, Andrés Urrutia, presidente de Euskaltzaindia; Arakis, Nazario Oleaga, Nora Sarasola, Javier Mendoza, Julia Diéguez, Ibon Areso, Mariano Gómez, Mara G. Maruri, Juan Mari Irigoyen, Julio Alegría, María Pi Alza, Jon Ortuzar, Jorge Caramés, María Caballero, Víctor Sarriugarte, Porola Anduiza, Mari Puri Herrero, gente de la bodega de Remelluri, donde Vicente trabajó en profundidad, José Luis Neyro y toda una corte de admiradores que no le olvidan.

El Museo de Bellas Artes acoge una gran revisión de la obra de Vicente Ameztoy en una multitudinaria y sentida inauguración