- En enero de 2017 fue inaugurado un espacio en memoria de la dignidad de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo que no han podido ser identificadas y que, ubicado junto al cementerio Olaso, recoge los restos de 57 personas procedentes de la exhumación de 44 fosas. El Ayuntamiento de Orduña sigue ahora el ejemplo de la localidad guipuzcoana y saca a licitación pública la creación del Columbario de la Dignidad en el camposanto municipal, una iniciativa que tiene como principal objetivo ofrecer un reconocimiento público y permanente a las personas fallecidas en la prisión central y el centro de concentración que estuvo activo en la ciudad entre julio de 1937 y septiembre de 1939 para recluir de forma preventiva, clasificar y reeducar a los prisioneros hechos por las tropas franquistas en frentes de Bizkaia, Aragón y Catalunya.

Con una capacidad máxima asignada de 5.000 personas, por estas dependencias de Orduña pasaron 50.000 prisioneros, muchos de ellos gudaris del Ejército vasco, tanto de la propia ciudad y pueblos alaveses cercanos, como del resto de Bizkaia y Gipuzkoa. Tal y como recoge el periodista Joseba Egiguren en su libro Prisioneros de Franco en Orduña, en esta prisión central y campo de concentración "tan solo se registraron 24 fallecimientos en 27 meses", pero añade que "realmente cuesta creer que se produjeran tan pocos fallecimientos", teniendo en cuenta que los inviernos de 1938 y 1939 "fueron especialmente duros" y que "los testigos afirman que las muertes eran muy habituales, sobre todo las producidas como consecuencia del hambre, del frío, de la falta de asistencia médica o de los golpes de los guardianes". Lo que sí se sabe es que los cuerpos de muchos de esos fallecidos "se metían en ataúdes y se enterraban en el cementerio municipal", el mismo que va a acoger ahora un espacio dedicado al denominado Columbario de la Dignidad.

El proyecto se va a acometer en una parcela municipal situada en el exterior del cementerio de Orduña y gira en torno a un sencillo itinerario que discurrirá hacia los pabellones donde se instalarán los columbarios. Es de destacar que el diseño técnico de la iniciativa sitúa cada uno de esos tres nichos en lugares hacia una vistas característica de Orduña: el actual colegio de Nuestra Señora de la Antigua, de los Josefinos cuyo edificio fue utilizado como prisión; el monte Txarlazo y el monumento a la Virgen de Orduña; y, por último, hacia el puerto de Orduña y sus escarpadas laderas. La idea es crear una sensación de trinchera, flanqueado por piedra en homenaje a los caídos en la guerra, y todo el conjunto se completará con la escultura Duintasuna, del artista Iñigo Arregi, de 3,50 metros de altura y que rendirá homenaje a los represaliados por el franquismo, al tiempo que invitará a la contemplación, el reposo y el respeto.

La construcción del columbario, junto a la base de hormigón para la escultura, sale a licitación por un precio máximo de 72.720 euros. El plazo para la presentación de ofertas se cierra el 13 de septiembre.