- Cuando el calor aprieta, nada más refrescante que un buen chapuzón en la playa o en la piscina. Preparados, listos y... al agua. Puro verano. En la comarca de Uribe, aquellos que apuesten por esta segunda opción disponen de tres instalaciones de referencia en Maruri-Jatabe, Fruiz y Gamiz-Fika. Un servicio casi imprescindible que este año ha pendido de un hilo a consecuencia de la crisis sanitaria generada por el covid-19. Los ayuntamientos de las tres localidades han tenido que intensificar las gestiones para poder abrir el pasado 1 de julio las instalaciones y lo han hecho estableciendo un estricto protocolo para garantizar la seguridad y mantener a raya el virus. "Hasta hace poco tiempo no sabíamos si este año íbamos a poder abrirlas, pero tras un gran esfuerzo al final podemos dar el servicio", reconoce la alcaldesa de Fruiz, Ane Legarretaetxebarria.

De este modo, para poder disfrutar de la piscina en tiempos de covid-19 hace falta seguir un estricto protocolo diseñado especialmente para evitar la propagación del virus en estos recintos que son visitados a diario por centenares de personas. Así, por ejemplo, se ha establecido el distanciamiento físico de dos metros, un itinerario de entrada y salida para evitar contactos, un sistema de limpieza y desinfección constante de los espacios y superficies del recinto, así como de los baños y, sobre todo, un aforo limitado al 60% de la capacidad.

"Lo fundamental es mantener la distancia de seguridad. De hecho, se han instalado carteles a modo de recordatorio", explica Fermín Olea, responsable de la gestión de las tres instalaciones. Así, antes de entrar -hay que acudir con entrada reservada previamente y abonarla con tarjeta de crédito "para evitar el contacto con el dinero en metálico"-, el usuario se encuentra con un control de temperatura. "El máximo permitido son 37,4 grados", explica Olea. Al mismo tiempo, se insta a los usuarios a desinfectarse las manos con gel y luego deben seguir un itinerario diseñado para evitar contactos. "Hay un camino de entrada y otro de salida. Lo mismo para acceder al agua. Solo hay una entrada para que los socorristas puedan controlar el aforo", señala.

Para garantizar la distancia, se ha fijado un aforo máximo del 60%, lo que supone un total de 325 personas en el caso de Fruiz, que ha habilitado un terreno para ampliar el espacio del recinto; 310 en el de Maruri-Jatabe y 325 en el de Gamiz-Fika. Sin embargo, a la hora de darse un chapuzón solo pueden coincidir en el agua 94 personas en Fruiz, 90 en Maruri-Jatabe y 108 en Gamiz-Fika. "Es por las medidas de la lámina de agua", aclara Olea. Otra de las novedades se encuentra en el agua. "Ahora trabajamos con un nivel de 1,60-1,70 miligramos de cloro, cuando antes era de 1,30-40. Desde el Gobierno vasco nos recomendaron que subiésemos el nivel porque es el mayor desinfectante". Por eso, recomiendan a los usuarios "el uso de gafas" en caso de sumergir la cabeza en el agua para evitar posibles irritaciones.

También hay un protocolo para el uso de la zona de baños. "Las duchas están cerradas y los baños, cada vez que entra una persona, se desinfectan", señala. Respecto a los horarios, también se han adaptado. "Son de 11.30 a 15.30 y de 16.30 a 21.00 horas. En esa hora que se cierra por la tarde desinfectamos el recinto: pasamanos, botiquines, accesos, pasillos, etc.", indica al tiempo que agradece el "excelente comportamiento" de la gente durante estos primeros días. Unos usuarios que ven con buenos ojos las medidas de seguridad. "Están muy bien, hay mucho control. Los baños están impolutos y controlan constantemente el aforo del agua. Da mucha sensación de seguridad", coinciden en señalar Itziar Eguren, Nerea Ibarbengoitia y Yolanda Fuentes, habituales de las piscinas de Fruiz.