Gernika-Lumo - Un mínimo de 31 toneladas de bombas lanzadas por la Luftwaffe nazi y la Aviazione Legionaria fascista sobre Gernika el trágico 26 de abril de 1937 legó un reguero de muerte. Fueron centenares las víctimas que 82 años después no han sido contabilizadas en su totalidad, y una importante destrucción, con tres de cada cuatro edificios de la localidad arrasados por los artefactos incendiarios y el posterior fuego. Entre las pocas infraestructuras que se salvaron destacan algunos de los búnkeres que dieron cobijo a los gernikarras. Y entre ellos, el Consistorio ha conseguido abrir al público el refugio antiaéreo de Talleres de Guernica.

Situado en la calle Ibarra, en las inmediaciones de la histórica empresa con más de cien años de trayectoria en la localidad, el búnker será abierto en un acto que se desarrollará mañana a partir de las 11.00 horas. “Poner en valor uno de las pocas infraestructuras que se salvaron del bombardeo” es el objetivo del Consistorio, en palabras del alcalde gernikarra, José María Gorroño. Visitable en próximas fechas, e incorporado a los refugios antiaéreos previos al ataque aéreo junto al del Pasealeku y el de Astra, el complejo mide 22 metros de largo y cinco de ancho.

El refugio de la empresa, que ha sido cedido a la administración local para que la ciudadanía pueda visitarlo, podría incorporarse próximamente a las rutas turísticas que muestran el legado del bombardeo en la localidad foral. Según diferentes fuentes históricas, en Gernika existieron hasta una decena de búnkeres, entre municipales y privados, que fueron construidos ante la inminencia de un ataque aéreo. - I. Fradua