Colección cápsula. El sector de la moda denomina así a una propuesta compuesta por un número relativamente pequeño de elementos que combinan entre sí. En este caso, Enkarterri es el nexo de unión y la presentación del desfile del patrimonio humano de la comarca se llevará a cabo el miércoles a las 18.30 horas en el Basque Bio Design Center de Güeñes. Un escenario inédito acogerá la mayoría de edad de los premios.

“He sacado tantas fotos al edificio desde fuera que ya tengo ganas de entrar”. Imanol Dertano ampliará su impresionante álbum de 4.000 imágenes de distintas épocas del municipio de Güeñes que sube regularmente a su perfil de Instagram, @imanol_derteano_torre, para facilitar su difusión. En papel, le ocupan “41 tomos de cincuenta páginas cada uno”. A ellas se suman “otros trece centrados en Sodupe”.

Todo comenzó a raíz de su visita, hace veinte años, a un bar donde colgaban instantáneas antiguas que se iban a retirar. “Las escaneé, realicé copias... y hasta hoy”, rememora. Entre el inmenso fondo se pueden reconocer caras conocidas, como “Ramón García de joven, en la discoteca Tulua y en la plaza de toros portátil que se instalaba en las fiestas”. En Sodupe se celebraban encierros, como evidencia una documentación gráfica, que abarca “desde 1894 hasta la actualidad”. Unas fotos las ha recuperado él, “otras me las han prestado sus dueños, otras he hecho yo y otras he cogido de las redes sociales, siempre que estuvieran en abierto”.

Las imágenes permiten acercarse a una localidad que “evoluciona” también en su aspecto. “Justo al final de la plaza de Sodupe, frente al frontón, había una fuente con dos chorros de agua que caía a dos brazos, preciosa, con asientos para sentarse y entrada desde una barandilla”, detalla, sobre un elemento patrimonial que no termina de aparecer en las fotografías.

La asociación Oregu forma parte del latido diario de Güeñes que Derti contribuye a preservar. Hace treinta años un grupo de padres y madres se unió para ofrecer una bienvenida por todo lo alto a Olentzero y los Reyes Magos. Se constituyeron como “asociación lúdico infantil” en el curso 2011-2012 que ha crecido con actividades especiales en “carnaval, fiesta de la primavera, San Juan y Halloween”, señala Mireia Fernández, invitando “a gente incluso de otros municipios a acercarse” para crear nuevas amistades.

Asociación Oregu E. Castresana/DEIA

Alrededor de diez personas se involucran activamente “con ayuda en los días clave, como el servicio de Juventud, Gugaz”. “Una plantilla en continua renovación” que “rota en función de las edades de los hijos e hijas o por otras razones” que se mantiene en contacto por WhatsApp y dispone de una sala en la kultur etxea. El Consistorio, así como comercios y empresas locales, respalda económicamente las propuestas. Todo se recibe “con gratitud y, a cambio, repartimos a modo de premio vales para canjear en los comercios colaboradores”.

Ya están perfilando los actos navideños, que “son los que más trabajo conllevan, unos tres meses”, pero la ilusión de los pequeños contagia para continuar con fuerzas renovadas. “En un pueblo tan pequeño, la red social voluntaria que se genera para organizar diferentes actos como nuestro caso, resulta imprescindible para dinamizar y que no caiga en el olvido”, subraya Mireia, quien hace extensivo el galardón a los demás integrantes.

“Desde hace exactamente diez años, porque empezamos en noviembre de 2015”, recuerda Laurita Siles, impulsora del proyecto junto con su pareja, Joseba Edesa, Mutur Beltz, su asociación agroecológica que hila desde Karrantza la preservación del espíritu rural del municipio más extenso de Bizkaia. Una forma de entender la vida a la que se acercan desde la residencia artística inspirada en el mundo pastoril que organizan cada verano y que cristaliza en una exposición en la Universidad del País Vasco/EHU que después visitará el valle. Allí, en la kultur etxea debatieron sobre “nuevas perspectivas en torno al pastoreo, la oveja autóctona carranzana, en peligro de extinción, y su lana”. Esa lana que se desechaba cual residuo y Joseba y Laurita recuperan en bolsos con los nombres de barrios de Karrantza, abrigos, chalecos o, su más reciente lanzamiento, una línea de sombreros.

Mutur Beltz E. Castresana/DEIA

Tras ganar en 2024 un Premio Nacional de Artesanía en la categoría de Emprendimiento Artesanal, Mutur Beltz ha sido seleccionada en entre las 24 iniciativas más inspiradoras de Europa en los Agricultural & Rural Inspiration Awards 2025 (ARIA), organizados por la EU CAP Network. Galardones europeos que reconocen “el esfuerzo rural en favor de un futuro más sostenible, inclusivo y resiliente”. El miércoles recogéran otro, el Laboral Kutxa Hemendik Saria en un lugar como el Basque Bio Design Center de Güeñes, que encaja con su filosofía rural kilómetro cero, “una economía circular que respeta los ritmos de la tierra, la memoria y los oficios”.

En Gordexola, las fiestas de San Cosme arrancan meses antes de septiembre, no sólo en lo que respecta a la construcción de las txosnas en la campa de San Juan de Berbikez, sino también a través del jabalí de colores que encarna alegría y comunidad. En mayo, Luisfer Beraza se pone manos a la obra de manera altruista desde 2004, cuando ingresó en la comisión de fiestas.

Junto a la peluquería que regentó por 43 años “había una lonjita que era como un almacén” y al jubilarse sigue desde su casa. “Me gusta la sorpresa...”, desliza, en cuanto a la temática. Los ha habido en cohete, en tabla de surf, en bicicleta, como astronauta, en un carrito de bebé y hasta personajes de película. Luisfer ya partía con cierta ventaja, puesto que logró dos primeros y dos segundos en los premios de escaparates de la Cámara de Comercio.

Ganadería

Supervivientes

“En continua lucha”

Galdames amplió en 2024 su calendario de eventos con una feria ganadera en el área recreativa de Atxuriaga. Planeada con periodicidad bianual, ante la excelente acogida cosechada se celebra todos los años. A partir de 2026, con una fecha asentada el segundo domingo de septiembre.

Asociación Agamuga E. Castresana/DEIA

Lamentablemente, los ataques del lobo, que “no ha parado de matar desde en mayo, llegando a escasos cincuenta metros de casas” han alcanzado el municipio, denuncia el presidente de la asociación de ganaderos y ganaderas Agamuga. Además de “todas las trabas con las que nos encontramos para subsistir”. “Estamos desesperados, pedimos a las instituciones que se aplique el sentido común, si no puede convivir, que no esté”, solicita.

Su impotencia se refleja en el número considerablemente menor de animales “de ganado menor” de las veinte personas asociadas a Agamuga, que nació en 2005. “En vacuno, aglutinamos a 470 cabezas, en caballar 160, en ovino 130 y en caprino, 70”, repasa. Vivir exclusivamente de la ganadería se antoja misión imposible, “muchos crían animales para mantener el caserío”.

Un tejido comercial esencial para los municipios a todos los niveles. En la carnicería Juantxu, la clientela se alegró enormemente de la concesión del Hemendik Saria. “Sobrevivís, que no es poco...”, le dijeron a Jon Zulueta al conocer la noticia. Ha transcurrido medio siglo desde que empezaron sus aitas: “todavía hay quien me dice que mi aita les regalaba sugus cuando eran pequeños”, siempre en el centro del municipio.

El propio Jon se incorporó a los 18 años y lleva ya treinta no sólo en el establecimiento, sino también cuidando de la ganadería familiar ubicada en el núcleo urbano de Otxaran, “con unas cincuenta cabezas”. En la carnicería Juantxu despachan productos 100% kilómetro cero, “criamos todo, el círculo se cierra al completo” se enorgullece.

A lo largo de su trayectoria los gustos han cambiado, “antes se pedía carne y ahora, elaborados, todo preparado en salchichas, cachopo, San Jacobo, hamburguesas...”. Estas últimas se han consolidado como su especialidad.

En noviembre de 2024, la carnicería Juantxu ganó el premio a la innovación en una competición organizada por la Asociación de Carnicerías de Bizkaia, Okelbiz, con su hamburguesa de carne de buey y setas confitadas en aceite. En mayo de este mismo año triunfó en el campeonato de Euskadi de hamburguesa innovadora con una propuesta a base de “carne de vaca, piparra de Ibarra y queso Idiazabal ahumado”.

Carnicería Juantxu E. Castresana/DEIA

Eso requiere un trabajo, abren al público a las 9.00, pero cuatro horas antes comienzan “los preparativos de las elaboraciones” para que el mostrador luzca lleno antes de que la primera persona entre por la puerta. A las 14.00 se recoge, pero la faena no termina. Por la tarde atienden al ganado, que “no entiende de horarios ni de días festivos”.

Un modo de vida en el que vislumbra “un futuro muy negro”. Siente que las ganaderías viven en permanente lucha. Últimamente, la dermatosis nodular ha disparado las alarmas. Una enfermedad “nueva que, donde entra, hace vacío sanitario; es decir, que te quitan todos los animales. Como llegue aquí nos puede mandar a la ruina”, pronostica, muy preocupado.

“Nuestro fuerte reside en que “nos conoce todo el mundo” gracias a la labor que Kepa Urkixo y los otros dos trabajadores desempeñan en la cooperativa agrícola y ganadera de Sodupe. Otra vez confianza y cercanía como baluartes.

Su sede actual fue erigida en 1995 “sobre el inmueble donde se fundó en 1948”, indica. Por eso, ambas fechas lucen en la fachada.

Desde su nacimiento “ha salido adelante gracias al esfuerzo de sus alrededor de ochenta socios y socias de Sodupe y las proximidades junto con el apoyo de todos los ganaderos y agricultores”. A día de hoy, disponen de tres plantas, la superior, destinada a almacén y otras dos en las que comercializan una amplia gama de productos: “piensos, abonos, fruta, etc.”

Históricamente “existía un almacén de este tipo casi en cada pueblo”, pero “cada vez menos personas se dedican a este sector”, con lo cual, el radio de la clientela se va extendiendo a “Orozko, el valle de Mena, Gatika... para poder sobrevivir”.

Espacio social

“La cultura construye pueblo”, defiende Ana Orcasitas, al cargo de la kultur etxea de Turtzioz desde hace 25 años. Aunque la actividad se remonta a 1971, cuando “un profesor estableció la primera biblioteca con una red de voluntarios y libros donados por la ciudadanía”. Más adelante, “las diferentes corporaciones municipales, a través de la Diputación de Bizkaia, se involucraron” para hacer crecer los fondos.

Kultur etxea de Turtzioz E. Castresana/DEIA

La biblioteca se mantiene como uno de los pilares fundamentales de la actividad para todo el municipio desde su sede actual junto al frontón, inaugurada en 1999. Sacar adelante el club de lectura en funcionamiento desde hace ocho años “me costó tres, es una de las cosas de las que más orgullo me producen”, reconoce. Integrado exclusivamente por mujeres con un rango de edad que abarca desde los 40 hasta los más de 70 años, se reúne una vez al mes. Las diferentes generaciones “enriquecen el debate”.

Mediante una relación con la ikastola de Turtzioz “importante y fluida”, Ana aconseja a los estudiantes “que me avisen antes de comprar un libro porque podemos recurrir al sistema de préstamo interbibliotecario del Gobierno vasco”. Además, acude periódicamente a la residencia de Turtzioz para impartir talleres. Así, dentro y fuera de sus instalaciones, la kultur etxea “se convierte en un punto de encuentro”. Como lo será el miércoles el Basque Bio Design Center en la entrega de los XVIII Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak.