Uno de los nombres propios de la gala de de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak de Mungialdea será el de Mari Cruz Díez, una mujer generosa, cercana, atenta y merecedora del enorme cariño que le profesan sus vecinos de Maruri-Jatabe. “La verdad es que siento todo ese afecto; que la gente venga donde ti y te dé siempre las gracias… A mí me hace mucha ilusión”, transmite con tiernas palabras. Mari Cruz es la guardiana de la parroquia, la persona que hace que todo lo que allí ocurre pueda funcionar. Gracias a ella, nada falla en las misas, los funerales, las sesiones de catequesis, las comuniones, los bautizos… Desde hace casi 40 años, ella organiza y prepara muchas de las tareas necesarias para todos los actos que se ofician en la iglesia de San Lorenzo Mártir.
Su labor ha sido siempre fundamental, pero en los últimos tiempos, en los que hay menos curas, ese trabajo se ha tornado en indispensable. “Nuestro párroco de ahora, Txabi, lleva diez parroquias, así que él no puede llegar a todo”, reconoce Mari Cruz. Por eso, ella se encarga de preparar la ceremonia de la misa de los domingos, los libros, de organizar los grupos que puedan participar, quién lee, quién canta, toma nota de los bautizos y comuniones, avisa al coro, aunque eso lo tiene más fácil porque ella forma parte de la agrupación… Es, por lo tanto, una pieza fundamental en Maruri-Jatabe y que tanto significa para las personas que acuden a la iglesia en momentos especiales para ellas. “Pero no estoy sola, ¿eh? Tengo a mucha gente colaboradora”, sonríe. Ella también empezó en la parroquia hace cerca de cuatro décadas ayudando a dos hombres. Formaron equipo un tiempo hasta que ellos se fueron haciendo más mayores y lo dejaron. “Así que me quedé yo echando un cable en lo que fuera”, rememora. Y la iglesia se quedó en las mejores manos, las de Mari Cruz. Un premio que viene a capturar todos los sentimientos que su municipio desprende hacia ella. “No me lo esperaba para nada. Estoy muy agradecida y contenta”, destaca.
En esta línea, otra de esas personas comprometidas con su municipio es Carlos Otazua, vecino de Arrieta. Siempre ha dedicado su tiempo, su esfuerzo y su corazón para enriquecer la vida del municipio. En concreto, ha colaborado en la organización de diversas actividades destinadas a preservar las tradiciones locales como la romería de Gaztelugatxe o el día de San Cristóbal, entre otros.
