LEVAN largos años trabajando, pero nunca se habían enfrentado a nada semejante. Kate Sarea, de Bermeo, se ha erigido en una red sobre la que se han sustentado muchas familias de la localidad marinera durante estos últimos meses. En los meses más delicados “se llegó a registrar a más de 400 unidades familiares, que supusieron algo más de 900 personas, entre las cuales cabe destacar un número de menores de 12 años que ascendía a algo más de 250. La distribución de alimentos con servicio a domicilio, única opción viable, se hizo a través de la Cruz Roja de Bermeo. De no ser así, no hubiera sido posible. Así mismo, tanto la Cruz Roja como nosotros fuimos aportando todos los alimentos disponibles, garantizando una entrega suficiente y digna, para ayudar a las familias más necesitadas”, aseveran desde la entidad, que apela a la “unión de fuerzas”.

“En la unión está la fuerza, aunando recursos y experiencia con otros, como es el caso de nuestro compañero de fatigas, la Cruz Roja de Bermeo. Ya con el primer estado de alarma, fuimos conscientes de que en nuestra labor habría limitaciones y poca flexibilidad, teniendo en cuenta la normativa sanitaria. Así mismo, nos coordinamos con el Patronato de Bienestar Social y con el Área de Servicios, el cual se encarga de traer alimentos desde el Banco de Alimentos de Bizkaia, nuestro principal proveedor”. Inmersos en un panorama “agridulce”, ya que el coronavirus ha impactado de lleno, Kate Sarea afirma que los perfiles de los usuarios del servicio “han sido muy variados, desde los habituales con los que tenemos una relación de años y que viven en el umbral de la pobreza o con situaciones económico-sociales complicadas, hasta un nuevo perfil, como quienes se han quedado sin trabajo tan de repente, como es el caso de autónomos y quienes trabajaban en economía sumergida, sobre todo”.

No obstante, Kate Sarea se ha erigido en salvavidas de muchos. Han podido retornar a las entregas de alimentos bajo la fórmula habitual, “nuevamente desde el almacén de Kate Sarea Elkartea, situada en los bajos de Andra Mari Kalea 18-19”. Lo que sí tienen claro es que la situación, lejos de amainar, sigue siendo complicada. Y que hay numerosos bermeotarras que siguen pasándolo mal. Por lo tanto, lo tiene claro: “Seguiremos trabajando con el mismo empeño y voluntad de aportar nuestro granito de arena”, señalan sus responsables. Y un premio como el Laboral Kutxa DEIA Hemendik Saria, además de confirmar su impagable labor, tan solo viene a refrendar que Kate Sarea es una red tejida en Bermeo que es más útil que nunca.