ANGAI lleva tiempo siendo sinónimo de solidaridad en Plentzia y los alrededores. Desde 2011, concretamente, esta asociación empezó a palpitar por los demás. Comenzó a sentir que el agujero de la crisis económica de 2008 era enorme para muchas personas. Nació para prestar ayuda alimentaria a quienes lo necesitaban y su labor ha sido fundamental en todos estos años. Comer es un derecho de todos, no un privilegio es su motor. En este 2020, la economía ha vuelto a hacer crack, esta vez, por una pandemia sanitaria que ha destrozado vidas, planes y sustentos. Jangai de nuevo, ante el coronavirus, con más ímpetu, haciendo más grande su corazón generoso.

Los meses de confinamiento fueron muy duros, pero, en realidad, en ningún momento se pudo remontar y actualmente, el panorama es oscuro. Jangai es para muchas familias el mejor de los apoyos. La agrupación ha estado proporcionando alimentos y todo lo que ello supone de organización, coordinación, distribución, etc. en unos tiempos en los que la salud está en juego. Pero este colectivo, con su presidenta Ana María Zarraga a la cabeza y una red de voluntarios impagable, ha pensado siempre en los demás. Jangai fue fundada en el año 2011 por seis personas procedentes de Cáritas, que vieron "la necesidad de contribuir al reparto de alimentos de una forma solidaria y justa", no como una cuestión de caridad. "Siempre que vienen los miembros de una familia a solicitar ayuda les digo que piensen que esto es un asunto de justicia. La educación y la sanidad son importantísimas. ¿Y comer? Quiero que la gente se mentalice de que pagamos unos impuestos al Ayuntamiento y que eso revierte sobre los vecinos. Tenemos que ver la acción de entrega de alimentos así, no como una cuestión de caridad", ha defendido la presidenta en más de una ocasión. Esa es la filosofía de una asociación que se ha topado en este año con una emergencia sanitaria y económica. "Gracias al esfuerzo de los voluntarios se está pudiendo ayudar. Se están volcando", destaca la cabeza visible de Jangai.

Esta asociación inició su andadura gracias al apoyo del Banco de Alimentos de Bizkaia, y del Ayuntamiento de Plentzia, que cedió uno de sus locales y ofreció ayuda económica - se trata de una subvención de 6.000 euros anuales que en esta ocasión se ofrecieron nada más declararse el estado de alarma-. Pero la Mancomunidad de Servicios de Uribe Kosta también colabora en este proyecto desde el principio, ya que a través de sus trabajadores sociales se ocupan de remitir a la asociación a aquellas familias que puedan necesitarla. Poco después, el Consistorio de Gorliz, observando las necesidades de sus vecinos, se interesó por la iniciativa y dotó de material y ayuda económica a los voluntarios, para poder realizar la entrega de alimentos a las personas de este municipio. También, el Ayuntamiento de Lemoiz se sumó al proyecto y muchas asociaciones que han donado material a Jangai, sobre todo, al organizar eventos solidarios.

"Es un orgullo para Plentzia tener asociaciones como Jangai. Desde el Ayuntamiento, seguiremos colaborando en la medida de nuestras posibilidades con el colectivo, puesto que desafortunadamente, su trabajo continúa siendo necesario para muchas personas", asegura la alcaldesa, Elixabete Uribarri.