LAS palabras de esta crónica se quedarán cortas ante tanto gran gesto, ante tantas dosis de generosidad, ante las puntadas infinitas de empatía o las incontables manos para ayudar. Es el año de la distancia social, pero de la cercanía sentimental. Es el año de las mascarillas que tapan sonrisas pero que no pueden borrarlas. El año devastador que arranca vidas, pero que también ha pellizcado para que florezcan iniciativas como las que surgieron en la comarca de Txorierri durante esa etapa angustiosa del confinamiento. Nacieron proyectos solidarios y aquellas personas que trabajaban en primera línea lo hicieron el doble, el triple... Mucho más. Por todo ello, los premios XIII DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak necesitaban receptores, aunque fuese en una gala más reducida, tomando todas las precauciones sanitarias pertinentes. Pero se tenía que celebrar, porque esta vez, el agradecimiento, el homenaje y el cariño que transmiten estos galardones estaba más justificado.

Y fue una ceremonia pequeña, en Zamudio Dorrea, pero plagada de emoción. Las lágrimas de Mercedes Bocos, directora de la residencia de mayores Truiondo, llegaron al corazón de todos los allí presentes. "Es muy importante este premio para nosotros, que contamos con un equipo humano muy importante, porque reconoce nuestra labor", agradeció con la emoción en la garganta y los ojos humedecidos. También hubo momentos para un poco de risa, como cuando Joseba Andoni Arberas, de Txoribikers, prometió: "El año que viene la liaremos el doble", ante un 2020 que ha obligado a suspender sus actividades principales. Estas fueron algunas de las píldoras de esta gala en la que el alcalde de Zamudio, Igotz López, ejerció de perfecto anfitrión. "Estos premios son para aquellas personas que fueron capaces de sacar lo mejor de sí mismas y que, incluso, pusieron en juego su vida", resumió el primer edil. El director adjunto de DEIA, Kike Santarén, también valoró "el trabajo encomiable de Txorierri, al mejor estilo de auzolana". Y es que la comarca unió fuerzas en equipo. Un claro ejemplo fueron las personas que se unieron a La Cuadri de la Aguja, en Sondika. "Hemos hecho unas 1.000 mascarillas y también estamos haciendo porta-mascarillas", comentó Marisa Sánchez. Más piña que nunca hicieron los miembros de Protección Civil de Erandio. "Entre 18 y 21 personas hemos trabajado mañana, tarde y noche", desveló Javier Suárez, el responsable de esta organización fundamental.

Imprescindibles son también los comercios y los establecimientos hosteleros de los municipios. Son nuestras tiendas y nuestros bares. El sector sufre, sufre y sigue sufriendo las consecuencias de la pandemia. Pero sus vecinos están a su lado, apoyándolo. Así lo perciben tanto Arantza Zarate, de Lezama Saretzen, como Mari Mar Mellado y Mari Jose Eduardo, de los profesionales de Derio. Las tres agradecieron el apoyo de sus pueblos, que "desde el primer momento se volcaron".

Estos fueron algunos de los instantes de la atípica gala de los XIII DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak de 2020, pero como deseó Kike Santarén: "El año que viene volveremos a juntarnos, a darnos dos besos, a abrazarnos y a estrecharnos las manos".