Casi como si no hubieran transcurrido tres años desde la última representación, Balmaseda se sumergió anoche en el realismo de la Pasión Viviente.

Casi como si nada hubiera pasado, no solo por el coronavirus que obligó a Rubén Vadillo a posponer su transformación en Jesucristo en 2020 y 2021, sino también porque el público presente anoche en la escenificación de la Última Cena, la Oración en el Huerto de los Olivos, el prendimiento, el Concilio y el juicio ante los Sacerdotes del Sanedrín en la plaza de San Severino se percató de que la Asociación del Vía Crucis ha introducido ligeros cambios que amplían los diálogos.

La acción se retoma este viernes a las 9.30 horas en el Campo de las Monjas con el ahorcamiento de Judas, el juicio ante Pilato, la flagelación y los encuentros con la Virgen María y la Magdalena, así como las tres caídas y la crucifixión en el frontón. Más de 700 personas se vuelcan en la vuelta a la villa de su mayor tradición.