La literatura y el arte son, en muchas ocasiones, una fuente ideal para conocer la historia. Precisamente, la historia de la baserritarra Pauli y el trabajador de fábrica José quedó plasmada en la zarzuela Percal y Mahón obra que fue escrita por el autor barakaldarra Ernesto Perea Vitorica.

Por realizar un paralelismo, Pauli y José fueron los Romeo y Julieta del Barakaldo de inicios del siglo XX. Pauli era baserritarra y José un obrero que, más tarde, se convirtió en perito industrial y los caminos de ambos se cruzaron en una romería de San Roque. Allí surgió el amor, un amor que no era del agrado de los padres de Pauli, puesto que ellos querían que el esposo de su hija fuese un labrador que les pudiese sustituir en las labores del caserío de Gabasa. Por ello, al no encajar José en ese perfil, los padres de Pauli vetaron el romance. Pero todo dio un giro de 180 grados en el momento en el que una empresa industrial expropió ese caserío. Precisamente, José se convirtió en director de talleres de dicha empresa y decide tomar la decisión de respetar el caserío de Gabasa para que fuera ampliado y renovado pero, eso sí, manteniendo su estilo original. En este escenario, finalmente, Pauli y José pudieron casarse y vivieron junto a los padres de Pauli en ese caserío ampliado que, además, acogía varias oficinas de la empresa industrial y viviendas de alto personal de la compañía.

De esta manera, con la creación de estos dos nuevos gigantes, Barakaldo recupera y acerca a la ciudadanía no solo dos personajes que reflejan a la perfección las dos caras de Barakaldo en el comienzo del siglo XX, sino que también recupera para la memoria colectiva dos personajes de una zarzuela muy barakaldarra.