Por sus dimensiones, cuando la familia de farmacéuticos De la Colina de Sopuerta donó hace siete años al Museo de las Encartaciones el conjunto de mueble neoclásico y botamen de su farmacia de 1905 se decidió que el mejor lugar para acomodarlo sería el recibidor que da paso al salón de plenos de la Casa de Juntas de Abellaneda. Sin embargo, así quedaba algo alejado de los itinerarios de las visitas. Por eso, recomiendan aprovechar la oportunidad de conocer este singular elemento del patrimonio, así como el salón de plenos, en las visitas programadas con motivo del Día Internacional de los Museos hasta el 30 de este mes.

El museo saca a la luz "este preciado bien cultural, que incluye un conjunto de piezas y botes de porcelana con inscripciones de cada componente farmacéutico, tal y como se exponían en la vieja botica hace 120 años".

Las visitas se desarrollarán entre las 10.00 y las 14.00 horas, los días 19, 20, 21, 25, 26, 27, 28 y 30. Para reservar cita hay que apuntarse en la web del museo de las Encartaciones, debido al aforo limitado obligado por la pandemia.

El museo también abre las puertas del salón de plenos de la Juntas de Abellaneda, "donde anualmente la Cámara foral se sigue reuniendo, recordando que este edificio es una de las tres sedes parlamentarias del territorio". También se convierte en escenario de reuniones de la Mancomunidad de las Encartaciones. "Pese a que se convirtió en Museo en 1934, el edificio todavía mantiene una función política que se inició en la Edad Media. Otro espacio poco conocido para el conjunto de vizcainas y vizcainos que se abre durante nueve días, precisamente durante la semana que sirve para reconocer el papel de los museos", señalan.

Desde el siglo XIX

Los orígenes de la saga de farmacéuticos De la Colina se remontan a Lanestosa en el siglo XIX. Desde la villa se trasladaría a Sopuerta José María de la Colina Moncalián para regentar una farmacia en el barrio de Mercadillo y un botiquín en el barrio minero de Alén. En 1902, Justo de la Colina Puyol abrió otra farmacia en el barrio de La Baluga. De ahí procede el mueble que se abre estos días a las visitas. Un incendio destruyó la farmacia en 1914, el mismo año en que falleció su titular. Tomó el relevo su hermano, Miguel de la Colina Puyol, ingeniero que se licenció estudiando por libre con los manuales de Justo.

La etapa más contemporánea comienza con Francisco Javier de la Colina Menéndez, sobrino de Miguel que este adoptó, ejerciendo cuarenta años de boticario y 36 de Inspector Farmacéutico Municipal; también fue alcalde de la localidad. Dos de sus hijos, Mikel y Francisco Javier de la Colina Aranceta, han tomado el relevo en la farmacia situada en el barrio La Baluga de Sopuerta.