"Seguro que entramos en alerta roja", se escuchaba ayer por la mañana en las conversaciones a pie de calle en Balmaseda, como así se confirmaría en los datos difundidos por el Gobierno vasco. Confinamiento perimetral y otro varapalo para establecimientos de hostelería y restauración, que deben bajar la persiana desde hoy, así como para un sector comercial ya tocado. Puede que la pandemia haya puesto sobre la mesa la apertura de canales de venta a través de Internet que se antojan una alternativa urgente porque con las restricciones de movilidad "no sobrevivimos solo con lo que se consume dentro del municipio", señala Gonzalo Santamaría, que regenta un estudio de decoración en el casco histórico desde hace diez años y está suscrito a la página web impulsada desde el Ayuntamiento que aúna a los negocios de la villa con el objetivo de "acompañarles y asesorarles en este absolutamente necesario salto al mundo digital", explica el concejal de Promoción Económica, Empleo y Comercio, Aitor Llano.

En www.balmasedaonline.eus se dan cita diferentes actividades, a diferencia del sitio www.kaleakpizten.balmaseando.eus, que nació en el confinamiento para acercar a los hogares el producto de comercios locales. Kaleak pizten no desaparece, pero será sustituida progresivamente por la nueva página en un proceso "vivo" que ofrece varios niveles de participación. "Una visibilidad en Internet compartiendo datos de contacto, detallar el tipo de productos ofreciendo un contacto adicional, que quienes quieran reciban una orientación para desarrollar su propia web con tecnología del proveedor de la plataforma y un catálogo de prestaciones o ayudar a poner en marcha una página con experiencia de compra virtual completa, con su pago y envío, de forma que el Ayuntamiento asuma el coste" de esta transformación. Cada empresa o establecimiento decidirá por qué modelo opta, señala el edil.

"Nos puede ayudar crear un gran centro comercial on line. De hecho, ya se habló de ello hace tiempo", indica Gonzalo Santamaría, integrante de la asociación de comerciantes Balmadenda. El año en que iba a celebrar una década de su estudio de decoración no ha resultado como esperaba. Tenía alrededor de cuarenta bodas que proyectar y la pandemia ha trastocado todos los planes.