- La bodega Txabarri de Zalla incorpora un galardón más al dilatado palmarés en sus 27 años de trayectoria: el premio al segundo mejor blanco joven en el primer concurso de vinos de influencia Atlántica, promovido por la Denominación de Origen Protegida Cangas, de Asturias. Una alegría para compensar en parte no poder acudir a su cita imprescindible en la feria de Gangas Eguna, ausente mañana por el coronavirus.

“Debíamos haber estado allí entre el 19 y el 22 de septiembre, pero lamentablemente no ha podido ser. Esperemos poder ir en próximas ediciones cuando lo haga posible la situación de la emergencia sanitaria”, expresa José Domingo Txabarri. El productor zallarra se declara “muy satisfecho” por haber logrado el reconocimiento del jurado especializado que ha catado los caldos en su categoría con su Txabarri extra perteneciente a la cosecha de 2019. Tan solo “un albariño, Terras de Compostela de 2019”, le superó en la clasificación.

Más de 120 vinos concurrían en total al concurso en ocho apartados diferentes. Según explica la organización, el objetivo es reunir a los caldos de tierras bajo la influencia del clima Atlántico, “donde la maduración de la uva no resulta tan sencilla y algunas zonas están catalogadas como viticultura heroica”. Estos vinos “poseen una personalidad especial debido a las condiciones que se producen en los viñedos cercanos al océano: frescura, salinidad y una menor graduación alcohólica”.

Bodegas de Euskadi, Cantabria, Asturias, León, Galicia, Huelva, Cádiz y Canarias se batieron con otras enclavadas en Portugal, sur de Inglaterra o las regiones francesas de Burdeos y País del Loira, con lo que consigue la categoría de internacional en su primera edición, que acogió la localidad de Cangas de Narcea.

El público pudo acceder al recinto las dos primeras jornadas reforzando las medidas de higiene y prevención, mientras que los dos últimos días se dedicaron a las catas a ciegas de los aspirantes a los galardones que se llevó a cabo a puerta cerrada en el Parador de Corias. Sumilleres de restaurantes con estrella Michelín figuraban en el comité evaluador, con un máximo de veinte personas.