Aunque su participación en los encuentros de Enkarterrialde sobre innovación alimentaria en la comarca fue telemática por las limitaciones a las que obliga el coronavirus, el trabajo nunca ha parado en El Peñueco, número 15, ni en las semanas más duras del confinamiento. En una finca de cuatro hectáreas, La Rotura planta las semillas de sus cultivos tradicionales de agricultura social, que no ecológicos, porque carecen de este sello, reforzando el sector primario a la vez que proporcionan perspectivas de empleo. Y es que el huerto nació de la asociación Balmasedactiva, que cuenta con "215 socios, muchos de ellos parados de larga duración", expulsados del mercado laboral precisa Loli Alonso, una de sus integrantes.Contando "en todo momento, desde el principio, con el apoyo del Ayuntamiento", en 2017 pusieron en marcha un vivero en la calle Virgen de Gracia. Bajo la denominación La Rotura Ornamental, ofrecen planta de temporada, la posibilidad de replantar maceteros, entrega de plantas a domicilio y un servicio de cuidado para evitar que se marchiten cuando los clientes no se encuentran en casa.

En 2018 diversificaron el horizonte de actividad con la huerta de terrenos que "nos alquila Antonio Fernández, a quien damos las gracias". Ahí germinan "productos de temporada, como tomate, calabacín, pimiento, lechuga, alubia, pepino o berenjena" bajo la supervisión de una persona de Lorra que acude con regularidad y certifica la buena calidad de los alimentos.

En su ánimo de innovar, "estamos probando un tomate ecológico y elaboramos también embotados de calabacín, calabaza, verdura, pisto, tomate y mermelada de calabaza", describe Daniel Ruiz. Él es el primero en llegar por las mañanas. Revisa utensilios y áreas de cultivo y con los cuatro o cinco compañeros que se van sumando durante la jornada confecciona un plan semanal enmarcado en las diferentes campañas, con el objetivo de que los alimentos lleguen frescos a la mesa, manteniendo un trato directo con el consumidor y con una contribución a reducir los gases contaminantes a la atmósfera, porque la cercanía acorta la duración de los desplazamientos a los lugares de destino.

Desde que labraron "al principio en cuatro invernaderos", según precisa Maxi Alonso, otro de los colaboradores del proyecto "la tierra está respondiendo muy bien". Pone como ejemplo "la plantación de vainas el año pasado y de toda la cosecha encontramos pulgón en tan solo tres, es un porcentaje muy bajo". Por si acaso, pasan revista a diario a todo a diario.

Alubia autóctona

Además, en La Rotura están muy orgullosos de estar recuperando la alubia balmasedana Galarza, "que se cultiva en un caserío", cuyos propietarios trabajan menos la tierra debido a su avanzada edad y también producen la variedad tolosana, "más común en el concurso de putxeras de San Severino". El certamen va camino de su edición número cincuenta, pendiente de la evolución del coronavirus de cara a su celebración el 23 de octubre, día grande de las fiestas patronales de San Severino en este año sin Pasión Viviente ni mercado medieval.

Comercio minorista local de la comarca y alrededores, restaurantes, hoteles, casas rurales, residencias de la tercera edad y centros educativos reciben los productos que salen de La Rotura, pero el coronavirus les ha roto los esquemas. Desde que se decretó el estado de alarma "hemos realizado numerosos repartos a domicilio", señala Loli Alonso. Si los encargos proceden de Balmaseda o municipios próximos los acercan ellos mismos. De lo contrario, recurren a la plataforma BBK Azoka para centralizar los pedidos. Los usuarios pueden elegir entre el amplio catálogo de productos en la página web www.larotura.com, que está siendo rediseñada, o en el perfil de La Rotura en Facebook.

"Hace tiempo que nosotros volvimos la vista atrás" responden a la pregunta de si el confinamiento y las restricciones de la desescalada provocarán un cambio en los hábitos de vida y consumo. También se han retrotraído al pasado para escoger el nombre del proyecto: "El terreno de Balmaseda se asemeja a un pasillo, entonces para obtener superficie de huerta decimos que hay que abrir un poco el monte. Por eso se les llama rotura a esos espacios y nosotros hemos querido recuperarlo, rendirle homenaje en esta iniciativa".

Es una de las entidades que participa en los encuentros telemáticos de Enkarterrialde sobre innovación alimentaria