La solidaridad al igual que la vida se abre camino aún en las circunstancias más adversas y sin duda la pandemia del coronavirus está siendo una prueba de fuego para apreciar mejor, para poner de relieve la capacidad del ser humano de trascender sus propios límites e intereses en favor de sus semejantes. Voluntarios que hacen mascarillas, máscaras, batas o entidades colaboradoras del Banco de Alimentos, voluntarios de Cruz Roja, de la DYA o Protección Civil forman una pléyade de empáticas voluntades que parece que abarcan todas las circunstancias generadas por el covid-19. Pero no, siempre surge una nueva visión del problema y de la solución como han hecho en Ortuella un nutrido grupo de voluntarias y voluntarios que le han dado una vuelta de tuerca más y desde hoy viernes pondrán en marcha el proyecto Bazkari Beroa. Comemos Junt@s con el que pretenden ofrecer un plato de comida caliente a quien pueda necesitarlo.

“El proyecto surge de las inquietudes de una persona de Ortuella que empieza a contactar con gente y a hablar sobre la situación que estamos viviendo y pensando en cómo podemos ayudar a los vecinos de nuestro pueblo que están pasando una situación bastante precaria y de vulnerabilidad”, señala una integrante de este heterogéneo grupo compuesto por una veintena de vecinas y vecinos de la localidad. Dirigen su proyecto solidario “a aquellas personas o familias que se acaban de quedar sin trabajo y que lo tiene difícil para buscarlo ya que no se puede salir de casa”.

No obstante, el grupo lleva su análisis de necesidades más allá y contempla también situaciones en las que por ejemplo se ve envuelta gente que hasta ahora podía estar trabajando en B y que al cesar la actividad donde trabajaba no tiene ningún reconocimiento ni ayuda e incluso “gente que está afectada por un ERTE y que todavía no ha cobrado el subsidio porque todos los papeles se están retrasando”, matizan desde este grupo solidario. Hasta el momento -en poco más de una semana- han recogido cerca de 50 solicitudes de personas susceptibles de beneficiarse de este proyecto alimentario que se llevará a cabo en los renovados locales del antiguo matadero del barrio de La Ralera.

“Tal como están las cosas no solo faltan alimentos sino también dinero para poder pagar la energía con la que cocinar esos alimentos por lo que este proyecto, cuyos menús cuentan con el asesoramiento de una dietista del municipio, nos parece más eficaz que darte un paquete de arroz o de garbanzos ya que garantiza al menos una comida caliente al día sin que haya que incurrir en un gasto energético importante”, resaltan.

En principio, cada turno del proyecto Bazkari Beroa. Comemos Junt@s comenzará a las 9.00 horas con cuatro personas que serán las encargadas de llevar a cabo la preparación del reparto de la comida que se hará, de lunes a viernes, entre las 12.30 y las 13.00 horas, de manera física en el local -a través de táperes o cazuelas que traigan las personas- aunque también cuentan con la opción de llevar a cabo un reparto a domicilio “para el caso de personas que tengan problemas de movilidad”, matizan.

“Mañana (por hoy) será nuestra prueba de fuego con cerca de cincuenta personas que nos han llamado. El lunes veremos cómo resulta en función de la gente que repita”, señalan desde el grupo impulsor de esta iniciativa. La campaña cuenta con el apoyo de varias asociaciones sociales del municipio y mantiene contacto con los comerciantes para abaratar las compras que les permitan cumplir con su objetivo primordial que reza en su cartel promocional: “Que el virus no te deje sin comer”. “Confiamos también en que una vez puesto en marcha los propios vecinos puedan echarnos una mano para que podamos repartir comida caliente”, abogaban desde el grupo que ayer ultimaba todos los detalles para triunfar con el potaje de garbanzos con carne inaugural.