INTENTA no volverte una persona de éxito, sino una persona de valor". Una placa con esta frase de Albert Einstein preside el patio del instituto de Balmaseda. La semilla de la educación que germina cinco décadas después de que comenzaran las clases, entonces dependiendo del centro Antonio de Trueba, de Barakaldo. Alumnado, docentes y equipo directivo de ayer y de hoy confraternizaron en los actos para conmemorar las bodas de oro, que incluyeron una jornada de puertas abiertas, la elaboración de un grafiti conmemorativo en el patio, una muestra fotográfica y de elementos de las clases, laboratorios o aulas informáticas, así como una comida popular servida por la Cofradía de la Putxera.

Cuando el instituto de Balmaseda abrió sus puertas en pleno mes de enero "no había ni cristales ni calefacción", rememora María José Fernández, que formó parte de aquella primera promoción y ahora es concejala de Acción Social, Igualdad, Inmigración, Salud, OMIC, Prevención en Drogodependencias y Cooperación al Desarrollo en la villa. Pero la ilusión por la nueva andadura que arrancaba con "dos grupos de Bachillerato elemental de primer y segundo curso en masculino y femenino", explicó la actual directora, Pilar Vidal, pudo más que las carencias logísticas. Los queridos conserjes "Cari García y Primi Díez", apreciados por los estudiantes como si formaran parte de su propia familia, tenían su casa en las instalaciones y no dudaban en calmar los nervios ante los exámenes y ofrecerles siempre palabras de ánimo. Ambos se emocionaron con el ramo de flores que les entregaron y la ovación en la comida del frontón con los asistentes puestos en pie.

Uno de tantos recuerdos con un toque de nostalgia. La concejala de Educación y Euskera de Balmaseda, Marta de Miguel, se confesó "emocionada porque primero acudí a clase aquí, luego llegué como profesora y vuelvo como representante política en el municipio". También el alcalde, Aitor Larrinaga, es antiguo alumno y apuntaba que el instituto ha ejercido como cantera de mandatarios también de fuera de la villa. "Me acuerdo de haber coincidido con Javier Portillo, exregidor de Zalla y con Koldo Artaraz, que lo fue de Güeñes", evocó antes de pasear por el espacio de exposición con la delegada de Educación del Gobierno vasco, Ana Ferri Basualdo, quien guarda una grata relación con el centro. "Mi primera visita en el cargo se realizó a Balmaseda y siempre he encontrado una excelente disposición", agradece.

Fechas clave En las escaleras que suben al primer piso una serie de cartulinas trazan una línea cronológica por los principales acontecimientos de estas cinco décadas: en el curso 1974-1975 solo se permitía fumar a los estudiantes de COU, en aquella época, la antesala de la Universidad; en el 1976-77 se pusieron en marcha clases voluntarias de euskera, en el 1978-79 se podía fumar en los exámenes, en el 1980-81 el euskera pasó a ser obligatorio desde BUP, en el 1982-83 se ampliaron las aulas que miraban al patio trasero del edificio principal, en el 1984-85 se acondicionó un laboratorio de física, y en el 1986-87 otro de ciencias, y en el 1988-89 se solicitó la declaración de instituto bilingüe. Ya en la siguiente década, en el 1991-92 se promovió la celebración del Día de la Mujer el 8 de marzo, en el 1992-93 se implantó el modelo D en primero de BUP, en el 1995-96 el profesorado pudo disponer de ordenador, en el 1996-97 se abrieron dos aulas del instituto en el centro San Viator de Sopuerta, en el 1997-98 Primaria y Secundaria se impartieron en los edificios de las escuelas situados a pocos metros, que un curso más tarde se integrarían en la dinámica del instituto. Con el cambio de siglo, en el 2001-02 empezaron a ofertarse segundo ciclo de ESO y Bachillerato, en el 2002-03 se dejaron las aulas de San Viator, en el 2017-18 se instaló una marquesina de autobús para facilitar el acceso a quienes se desplacen en la línea de Bizkaibus Bilbao-Balmaseda, y en el 2018-19 se dotó de ascensor al edificio principal y este curso se acopló en los inmuebles aledaños.

Más allá de las cifras, perdura el compromiso con la educación. Francisco Delgado ostentó la dirección entre 1978 y 1987. "Éramos unos jóvenes cargados de ideas" que intentaban "construir un centro más participativo". Cambiaron el horario partido de mañana y tarde a jornada continua, lucharon por ampliar el espacio "bajando a cortar carreteras como medida de protesta y viajando a Madrid con un grupo de padres para reunirnos con el secretario de Estado", lanzaron una revista, una radio, teatro o cine fórum. "En tiempos de ebullición" donde se empezaban soltar las ataduras de la dictadura franquista instituyeron "los llamados días abiertos". Es decir, con una temática en torno a la cual pivotaba toda la jornada y "se suspendían las clases habituales". Incluso se atrevieron a dar un sitio en aquel programa a pioneros talleres de sexualidad. La víspera de uno de ellos "compramos un proyector, pero no sabíamos cómo acoplar una de las piezas, así que pedimos ayuda en Talleres Fabio Murga y nos echaron una mano", relató entre risas.

Natural de Balmaseda, Ignacio Galicia, a quien todos conocen como Txipu, ejerció de profesor de "euskera, música, sociales, historia del arte o educación para la ciudadanía" y entre 2005 y 2013 fue director. Colaborador en la organización de los actos del aniversario, al final le sorprendieron a él con otro de los emotivos homenajes. "Hemos vivido muchos reencuentros, yo por ejemplo he dado clase a padres e hijos", celebraba. Incluso con la dificultad de discernir entre la esfera puramente educativa y la relación de proximidad al salir de clase, todos los asistentes valoraron la cercanía del instituto en todos los ámbitos.