La red de alimentación sostenible se asienta sobre los principios de: producto de proximidad, cero despilfarro, elaboración ecológica, producto de temporada, economía circular, alimentación saludable y consumo responsable.

Todo ello es lo que se pretende promocionar con la creación de esta red y todo ello es lo que deben atesorar los comercios que se sumen. Es por ello que el Ayuntamiento señala a los establecimientos que deben “estar dispuestos a cambiar algunas maneras de hacer y basarse en el respeto mutuo y en la colaboración”.

Por ejemplo, los productos de proximidad son aquellos que hasta llegar al plato de las personas consumidoras han viajado menos de 100 kilómetros, acortando los circuitos de transporte entre productor y consumidor, abriendo así nuevas posibilidades de transporte más sostenible, como bicicletas, y favoreciendo un reparto más justo del valor generado. En cuanto a la economía circular, es la que persigue preservar el valor de los productos, componentes y materiales durante el mayor tiempo posible gracias a ciclos continuos y regenerativos. Ha de tenerse en cuenta el tipo de materiales utilizados durante el proceso de venta, el empaquetado e, incluso, las características y materiales del propio negocio. Así se consigue reducir el consumo de materias primas y energía, y una menor generación de residuos y emisiones contaminantes. Mientras que la producción ecológica prescinde del uso de fertilizantes químicos, pesticidas, organismos genéticamente modificados o transgénicos, y, en general, de todo tipo de productos de síntesis, no naturales.